No cabe duda que Contias se merece los honores de todo un héroe; fue uno de los mejores soldados y, si bien, el motivo y las circunstancias que lo llevaron a su muerte las desconozco; sé muy bien que Contias tuvo mucho miedo en esa última batalla, y que incluso, se rehusaba a combatir.
Nadie se podía imaginar que el celebre personaje fue un cobarde para pelear esa noche. El motivo que él expuso a Lucio para no combatir, (el presentimiento de que los dioses no estarían con nosotros esa noche) me resulta totalmente injustificable, porque nunca lo había escuchado y nunca más lo escuché de nuevo. Ese presentimiento, se manifestó en Contias como un terror increíble para la talla de un valiente hombre.
Sin embargo, Lucio y yo, decidimos no decir a nadie las últimas palabras de Contias, y mucho menos contar sobre aquellos ojos a punto de salirse de sus cavidades que vio Lucio. Decidimos echar tierra encima y olvidar todo aquello, porque la gente de las Ciudades, no solamente lo consideraban un héroe, sino que algunos pensaban que fue la representación de un dios sobre la tierra o que en algún tiempo no muy lejano, sería aclamado como un protector.
Con el paso de los años, y después de retirarme de la milicia, recorrí varias de las Ciudades en las que se adoraba a nuestro compañero acaecido. En éstas, se habían creado leyendas y mitos referente al soldado Contias.
Una de las leyendas que ya era contada a los niños y que me llamó mucho la atención, es aquella que se refiere al momento justo de su muerte.
(continua) |