Es increíble, por primera vez en mis 50 años me atrevo a enfrentarme a mi misma.
Voy directo hacia el espejo totalmente desnuda y me sorprendo, este cuerpo es diferente, hay cosas donde no las había antes, definitivamente no me gusta para nada lo que veo, la celulitis me ha invadido, mis senos están caídos y ya para nada tengo el cuerpo firme que antes tenía.
Aun recuerdo cuando era una jovencita, pero a veces sueño con un pasado que se fue y no volverá… Ya mis sueños se terminan, me siento tan sola, triste y vacía, siento como si el mundo se viniera encima y me hiciera daño.
Ya no importa nada de mí… No tengo nada para ofrecer. ¡Si! Poseo un cuerpo arrugado con los años, un cuerpo que me acompaña hasta hoy.
Un cuerpo que ya no inspira mucho deseo, ya casi ni mi esposo me hace el amor y dejó de ser un acto de tanta pasión para convertirse solo en una costumbre, solo por el hecho de que somos esposos.
Es triste, es absolutamente triste ver como todo se vuelve tan monótono, ya no hay deseo, no hay una palabra bonita de mi amante en la mañana, solo escucho palabras burlonas de su parte, es una pesadilla querer parecer una modelo cuando el paso de los años ha sido tan cruel conmigo.
Hasta ayer disfrutaba de sus besos, sus caricias sobre mi piel, hoy solo las encuentro vacías, ya no me llena nada de él… No me inspira llegar a la cama, acostarme a su lado, oír sus ronquidos, sus flatulencias y sentir su espalda peluda cuando rosa mi piel, a veces siento que odio a ese hombre calvo.
Ya no puedo soportar todo esto, siento como se quiebra mi voz porque el llanto hace su aparición y lloro desconsoladamente con mi soledad.
Es increíble ver como se atreve él a criticarme, cuando su cuerpo, parece un chiste; su barriga descolgada es asquerosa, su aliento a nicotina apesta, sus piernas están envejecidas con los músculos ya caídos por falta de ejercicio, pues esa broma de hombre simplemente parece una morsa, todo el día echado en un sillón viendo la tele y esperando a que lo llamen para recibir su pensión.
- Pero quien lo creyera - Su espíritu juvenil todavía atrae a las mujeres, no se si eso es lo que me da tanta rabia, pues yo por el contrario no parezco tan atractiva para otros hombres.
¡Que injusticia! Yo podría conseguirme a un hombre joven que me hiciera sentir cosas pero me vería ridícula, él sin embargo todavía se cree el chacho del barrio consiguiendo una y otra jovencita mientras yo estoy aquí sintiendo como la vida se me pasa por enfrente sin hacer nada, con estos cambios que me tienen loca, estos calores, estas depresiones y estos dolores en el cuerpo que son cada vez mas continuos.
- ¡Aquí estoy yo! Una pobre mujer menopáusica que pide a gritos alguien que la saque de este letargo. ¿Podrías ser tú? |