Hoy esa tormenta. no era para mi evidentemente. Sigo padeciendo, disfrutando la enfermedad. ya no se atiende la puerta, el timbre no funciona. Estoy en silencio acá. ¿Y si te escupiera la verdad? ¿Y si te dijera que te desnudez y te tires al mar? ¿te provocaría algo?
Lamentablemente no puedo llorar, mis lágrimas se han secado. Los puentes se construyen y se derriban instantáneamente. Soy un hombre en una silla de ruedas que extraña caminar. Pero eso es una gran mentira, tal vez sea así como me vea. Los analístas ya no saben que hacer, los fármacos brillan por su ausencia y yo estoy cada día más loco.