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Take it for granted
Hoy tuve un sueño, empezó quizás como todos los demás, mientras dormía o creía estar dormido, vi una luz. Luego me di cuenta que era un hombre y mil hombres más, caminaban de forma inconsciente alrededor y no esperaban llegar a ningún lado, sólo caminaban para transformar aquella imagen del mundo que creían suya. Fue cuando empecé a contar los pasos y cada uno de forma distinta a la anterior. Sólo pasos y entonces comenzamos a andar. Dentro del sueño logré observar cada lugar que creíamos perdido. Aquella mañana de Febrero, donde te veía perdida en un sueño, adentrada en un bosque primaveral; no recuerdo si fue la naturaleza, fuiste tú, fui yo o el tiempo, quién lo detuvo en aquel instante, le dio vida y aunque te perdiste; “ellos” cuya presencia callo, te volvieron a encontrar, te trazaron un sendero con un chorro de tinta y desperté. Caminé 1315 pasos, nunca me gustaron los números pares, fue cuando encontré otro lugar era algo borroso pero contemplé a una presencia que caminaba sobre la orilla del mar, bajo el ocaso y escribiendo sobre ella, tratando de relatar hechos no realizados, pero que eran borrados por la marea alta; aquella presencia y su manía por realizar lo irrealizable. Luego, pude observarme, tendido, frío, con las piernas cansadas de andar y te vi aparecer vestida como las estaciones.
- El paso inexorable del tiempo – fue lo único que pensé de aquel momento.
Aunque aquella imagen eras tú, no pudimos comunicarnos porque eras un mundo distinto al mío y nuestros caminos se entrelazaban de tal forma que era imposible seguir andando sobre él y aún cuando logramos vernos, tú despertaste y dejaste de soñar para tomar un tren hacia otros sueños de hombres distantes, diferentes e indescifrables como yo.
- Todo está bien, sin embargo nada aún ha pasado – fue tu voz, o fue algo que quise escuchar-.
No sentí lástima, pero aún no sé, si fue ese momento por el cual el sueño se transformo en pesadilla o la pesadilla en sueño, o si deje de soñar. Pero me encontraba otra vez en aquel mundo y aunque todos andaban por caminos diferentes, yo estaba estancado sobre un lugar que desconocía por esto no sé si perdí la razón, en caso está exista bajo la lógica de un sueño, y llegué a la locura o desesperación de no poder despertar o quizás de no poder andar; tal vez así empiezan los monólogos, con un grado de locura:
- ¿En que pensaste?
- En una forma de como caer, para así poder arrastrarme y seguir andando.
- Es inútil, luego no podrías ponerte de pie
- ¿Ahora? ¿En que pensaste?
- Quizás olvidar aquellos lugares, sentir que todo por fin ha terminado para seguir empezando.
- Sólo te condenarás a seguir soñando, la memoria es frágil y el cuerpo endeble.
- ¿Es esto un sueño? ¿Acaso somos concientes de que estamos soñando? ¿Acaso somos conciente de qué es un sueño? ¿Cómo actúan los sueños?- sentí que todo se desvanecía.
- Los sueños son sólo un intento permanente de tratar de encontrar la verdad oculta.
- ¿Cómo actúan los sueños?
- Actúan bajo los efectos de tu consuelo.
- ¿Quién eres?
- Soy tú, aquella presencia que siempre te acompaña, yo respondo por ti, tú piensas por mi. Ahora ¿por qué no tratas de mover los pies?
Seguí caminando, 2749 pasos, cada paso era un lugar diferente al anterior, un estado posible del mundo, todos donde había estado presente, tu presencia y la mía. Porque, a cada paso que damos el mundo se convierte en mar o el suelo en agua cristalina, se transforma, deja de ser aquel espacio visible para todos y se convierte en uno propio, ya que los lugares no eran los mismos para otros que no seamos nosotros y las cosas grandes como el mar tienden a ser azules. Sin embargo, ¿Dónde nos volveremos a encontrar? ¿De que lugar provenimos? ¿Que pasará cuando hayamos recorrido tantos pasos? – otra vez, el sentimiento de desesperación.
- Creer, pensar, soñar, en sólo realidades creadas, un mundo sin la intervención reguladora de la razón. – otra vez, la locura.
- ¿Esto de que color es?
- Crema
- ¿Esto?
- Marrón
- ¿Ahora?
- blanco, blanco, azul
- ¿Esto también es azul?
- Sí
- ¿Duele?
- Es sólo un cuerpo
Entonces,
- ¡No! – gritó un hombre.
Era una presencia que caminaba a paso lento, el tiempo era denso, había despertado dentro del sueño o de lo que creía ser un sueño. Fue callado por “ellos”; luego de ser callado ese hombre era mecido por su madre, la cuál él quiso; ver a aquel hombre acurrucarse junto al vientre materno de aquella mujer, me produjo una sensación de angustia y traté de indagar en aquel sueño, pero fui repelido de forma rápida por aquellos quienes regulaban el orden de aquel mundo y fue cuando esta mujer le dio vida al hijo que ella creía perdido - otra vez, aquel hombre despertó-.
- Sólo aquello que creemos …
Seguí caminando y tenía miedo de despertar como aquel hombre. Esta vez fueron 12348 pasos, cuando vislumbre la presencia de otra persona, sin embargo, tenía las manos arrugadas y había parado en un solo lugar, extrañamente no fui el único que lo observaba. Finalmente, vimos a aquel hombre tocando el piano de tal forma que llegaba a producir un sonido que alteraba el sueño de todos y lentamente como la melodía dejaba de sonar, aquel hombre despertaba, quizás por última vez, una vez más. Fue luego de ese instante, cuando mi mente empezó a divagar y me atreví a pensar, quizás esto, es estar sólo – otra vez, desesperación.
- ¿Acaso estamos completamente solos? Aquel extraño que siempre esta dentro y a lado de nosotros pero que no es yo y no es otro ¿no es diferente a mi?
- Entonces, ¿qué es?
- Aún no comprendo la soledad, si estar “solo”, en verdad, si es este un estado posible del mundo ¿es un paso más? Estando nosotros “solos” aún somos nosotros, entonces la soledad es física, sólo de cuerpo, pero nosotros siempre nos acompañamos. Por esto, ¿sólo cuando suprimamos el pensamiento estaremos “solos”?; completamente. Sin embargo, esto no es un lugar posible en un sueño.
- Solos, que trágica palabra se atrevieron a crear, quizás los griegos que poseían todo saber, se atrevieron a germinar aquella palabra sin pensar en las consecuencias de esta. Una manía torpe, de tratar de explicar las cosas del mundo y darles nombre, tan sólo para reconocer aquel estado posible del mundo, que aún no podemos comprender.
(Se cierra una puerta)
Otra vez evadí aquel pensamiento y aquella voz, pero dentro de lo que creía era un sueño, los lugares empezaron a cerrarse, seguía caminando pero ya no contaba los pasos, todo era producto de mi conciencia, de mi subconsciente quizás y aquel sentimiento de ausencia que quería consolar. Entonces, me deje llevar como otros hombres, quienes dejaron este mundo o lo que creemos es un mundo y sólo me deje llevar por incontables lugares siguiendo un rastro imperceptible, sin dirección y sin ti. Fue cuando los caminos empezaron a mezclarse, indagué en lugares que no eran míos, pero no deje a ningún otro invadir mi camino, logré observar a un hombre sentado en un parque bajo las hojas de otoño, una mujer fumando un cigarrillo con la lluvia cayendo sobre ella, otra limpiando leche derramada sobre su vientre; un niño dibujando una casa con un techo de color azul; un anciano meciéndose bajo la sombra; una mujer vendiendo dulces a una niña de cabellos largos y vestida de blanco, logré observar lugares perdidos de otros hombres. Entonces, comprendí aquello que nosotros solíamos llamar mundo. Vivimos en un mundo que creímos sólo éramos yo, tú y ellos; pero nuestro orden se altero, tú dejaste de estar presente y te convertiste en una más de “ellos”, entonces mi mente empezó a soñar y creo todo un mundo donde “ellos” regularían el orden, separar los caminos para poder seguir andando. Ahora, sé que puedo despertar, pero quizás no lo quiera.
- ¿Dónde despertaré? ¿Cuál es la diferencia de un sueño o de lo que creemos es real?
- ¿En que piensas? ¿En que crees? ¿Por qué lo haces?; sabes que eso no es muy diferente a soñar.
Tal vez en ese momento me condené y quede perdido siguiendo aquel rastro, entonces decidí crear uno propio, seguir el rastro de una melodía escuchando palabras sin eco, aquella melodía que guiara y no dejara caer. Es por esto que ahora al fin de este camino veo una llave, dos puertas y dos caminos. Una llave capaz de abrir el mundo oculto, el mundo verdadero y eterno, aquel donde uno puede salvarse. Me dirijo a una de las dos puertas y otra vez la luz.
- Fin del sueño, o eso es lo que me atrevo a creer.

Texto agregado el 14-09-2009, y leído por 80 visitantes. (0 votos)


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