Machacando sudores
en el mortero del pavimento,
mi espalda esta hervida
en el caldero de las bancas
y el alma es quiltro lazarillo
que me guia cuando no ladra.

Pasan los gorriones,
con plumajes de corbatas
sin sacarse los sombreros,
las figuras son tristes
como lamento de carne
y el alma escupe canciones
tan heladas como mi aliento.

El papel se tiñe de mugre
y su difusa numerologia,
me pierde sobre el bastón.
Las ansias perforan sentidos,
mi temblor es cristo desclavado
sangrando entre arrugadas dactilares.

"B-164" pregona digital el marcador
abro mi jolgorioso pañuelo
de cuecas ancestrales,
y con júbilo, amarro el pago
añorando que la economia
no suba el pan para el Domingo.-

"...Del pensionado y su mensual rutina"