SE PERDIO EL CAMINO
Ahí estaba, solo y ausente de aquellos lugares que tanto conocía. Que fácil era ir a la soda, tienda, almacén, para luego devolverse tranquilamente hasta donde estaba su madre. Pero no, él quiso seguir un poco más. Más allá donde los pájaros cantan otras melodías, donde el cielo cambia de color y la tierra se envuelve quedita en un manto verde de vida. Eso quería ver... y aquella tarde se marchó descalzo tras sus sueños. Pero cuando lo empezó a conseguir, se dio cuenta que algo no estaba bien. Un temor no conocido se le prendió del pecho arropándolo con un viento árido y gris. Se sintió agitado, se sintió solo, se sintió perdido... Corrió desesperado buscando a lo lejos la cuna del horizonte, desde la cual divisaría su mundo, su pequeño mundo. Pero nada, sus sueños y esperanzas de "niño" se desvanecían una y otra vez, con la llegada de aquellas tierras lejanas que empañaban sus tristes ojos. Ya sin fuerzas, se sentó a esperar la llegada de otro día que lo iluminara en aquellos parajes remotos y sin tiempo. En el momento en que se disponía a cerrar sus ojos, vio algo. Era una lata vieja, tirada a cuan grande era sobre un montículo de arena. Lentamente se le acercó, hambriento de un poco de compañía. A partir de este momento no sintió más soledad , ya que había un amigo que lo esperaba. Y así fueron surgiendo infinidad de personajes que le brindaban a su paso lindos ratos de amistad. Que bien se sentía escuchando las canciones del río, o los relatos de aquel viejo árbol de Pochote. Pero lo más importante de todo, ya no más se volvió a sentir solo. De vez en cuando lo asaltaba la nostalgia de su pueblo, pero no era más que eso: nostalgia. Maduró, maduró con el tiempo que lo llevaba de la mano a disfrutar de la vida, a descubrir la belleza que encierran los momentos de un silencio, a soñar tumbado soplando recuerdos con la mente, a reír por dentro con lágrimas en los ojos, a vivir, a sentirse valioso una y otra vez. Un día un gorrión le preguntó: -¿de dónde eres?. - De muy cerca de aquí, contestó el camino sonriendo, mientras se perdía en la inmensidad del horizonte...
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