EL GRAN SUSTO
Eran como las 10 de la noche, ya terminado el verano pues bastante obscuro, don Anastasio, señor obeso de tez morena, estaba en la mesa sentado tomando su atole, cuando de pronto se escucho que abrían la puerta que daba a la calle, rápidamente se levanto de la mesa y corrió lo más rápido que pudo hasta el cuarto de atrás donde se dormía, ahí estaba sentada en el baño doña cuquita, su concubina de toda la vida, jamás se casó con ella porque no se había divorciado de su esposa legítima, pero ya tenían más de 30 años juntos, doña cuquita era invidente, el mal cuidado de su azúcar la había dejado así, de manera que solo escucho el correr de don Anastasio, y el cerrón de la puerta, de pronto casi lo tenía sentado en su regazo, gritando:
- cuca, cuca! alguien se metió a la casa!
-¿Qué, que? ¿Qué dices gordo?
- que alguien se metió a la casa!!! Respondió asustado
- ¡quítate, quítate gordo! A ti quien sabe quién te anda buscando, a ver quítate, decía mientras se acomodaba la ropa
–anda te han de andar buscando a ti ken sabe que andarás haciendo, ha de ser por las viejas con las que andas, a ver sal salte ahorita a ver quién es.
Don Anastasio, solo abría más los ojos de rendijilla, que tenía, y buscaba un rincón para esconderse.
Y doña cuca no dejaba de hablar, manoteando buscando su bordón diciendo:- si te van a matar, pues sálele, ándale quien te lo manda.
En eso se escucha que abren la puerta de ese último cuarto, seguido de un silencio total. Enseguida una dulce voz diciendo: -como sta gûelita? Soy Anita, es que se quedo aquí mi uniforme en la tarde que la vinimos a visitar, y mi mamá me trajo para recogerlo, pero como ya es tarde, y traemos llave de su casa, pues me dijo que no tocara y me pase sin tocar.
Doña cuquita soltó tremenda carcajada y contesto:-si mi´ja pásele, está bien, usted no necesita tocar, esta es su casa por eso trae llave.
La niña salió tan rápido como entró, y doña cuquita le hablaba a don Anastasio diciendo: -gordo, gordo, ya ves, si el miedo no anda en burro, jajajajajaja. No podía dejar de reír.
- ya vez eso te pasa por andar de más, quien sabe quien te tenga ya amenazado, ha de ser el esposo de la mujer con la que andas, esa la de la manzana 1, ya te lo haiga.
De una vez te digo, que si vienen a buscarte para matarte, y vienen conmigo, yo les voy a decir , pásele allá está en esa cama, señalando con el dedo mientras hablaba, es que tan viejo pellejudo igual que yo gordo y nunca entendiste, mientras movía la cabeza de un lado a otro en forma de negación.
Don Anastasio sin responder nada preparaba su ropa para bañarse a esa hora, quien sabe porque la urgencia por bañarse.
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