EN LA FILA DE ESPERA
Sentado en un escaño en ascenso, contemplo el paisaje frio temprano. Todo comienza a andar en el engranaje rutinario mortal. Millones de proyectos en marcha o sólo cumplir, sobrevivir.
Un sol frío comienza a asomarse y yo de espaldas a su nacimiento, indiferente enmimismado, queriendo rescatar el paisaje, haciendo hora para entrar… me grita, me hace señas.
-¡Estoy vivo… al igual que tú!
Todo comienza a iluminarse lentamente ante mis ojos, en el edificio gélido de enfrente, en los ventanales espejos, una luz me ciega…
-Estoy aquí, y tú también, ¡despierta… siempre habrá luz!, aunque estés ignorándome… y en los mas oscuros de tus momentos siempre habrá un resquicio… una suave figura que vislumbrar…
Miro hacia el otro costado, una fría imagen negroamarilla me da otra bofetada.
-¡estoy aquí… vivo como tú!
Desde su retrovisor el Sol encuentra el ángulo perfecto para darme otra bofetada… ciega mis ojos, giro hacia la puerta en 180 grados, ya van a abrir y me lo encuentro, pleno majestuoso, en una visión y me saluda… abren la puerta.
|