Hoy amaneció el cielo gris, se posa sobre las calles de la ciudad una nube que promete traer agua para limpiar las impurezas de la vida contemporánea. Quizás así volvamos a ser un todo y no animales extintos separados de nosotros mimos por la contaminación que afecta a cuerpo y espíritu.
Las formas de la diaria vida se transforma desde mi ventana cuando el sol empieza a dar sus primeros rayos; ataúdes de metal conducidos por maniquíes recorren las calles, con mas prisa de la que tienen se dirigen a sus cementerios de acero y cristal y allí descansan durante unas horas, hasta la eternidad han perdido, qué fue del polvo eres y en polvo te convertirás; nada eres y en nada te convertirás (refrán de la vida contemporánea, o mas te hacen y siendo nada te enterrarán)
Con la punta de mi cigarro como mirilla humeante apunto y disparo, dirijo mis pensamientos ante el esperpéntico espectáculo que ven mis dormidos ojos. El derecho de “nacer, enredar y morir” ha sido sustituido por el deber de "nacer, servir-funcionar para vivir bien y morir", el derecho de ser, por el deber de estar (a veces ser estar y parecer no parecen ser un mismo verbo, aunque en otros idiomas lo usen así) y entre otras estupideces varias el deber de cuidar por el derecho de ser cuidado y el derecho de fluir por el de explicar ¿cuanto mas ganamos mas perdemos? ¿Cuanto mas tenemos más perdemos y más queremos?
Derecho-Deber, Deber-Derecho, el orden de los factores no altera el producto, pero si falta uno de los factores en una operación tan sencilla... cojea la intención. Y no es en un concepto formal, pues así se supone que funcionan las cosas, es más bien en un sentido material. Entonces... ¿que es lo que nos han quitado o hemos perdido? ¿hemos perdido uno de los factores o nos lo han quitado?
Bueno, quizás es que me he levantado con el pie equivocado, aunque creo que ha sido el mismo de siempre.
Jerez 10 de Septiembre de 2009 (A la espera de contestación italiana) |