OFRENDA FLORAL A LA VIRGEN DE LA VEGA
( Patrona de Salamanca )
Día siete de Septiembre…, la tarde declinada…
Los hijos procesionan hacia la madre amada…
Es la ofrenda de flores a la Virgen María…
La procesión avanza, como una romería…
Con sus trajes bordados, botonaduras de oro,
Las bellas salmantinas entonan su himno a coro,
Mientras suena la gaita, retumba el tamboril…
Y los charros avanzan hacia el muro-pretil,
Que circunda las naves de nuestra catedral,
Donde el altar se encuentra de la Ofrenda Floral…
Los ramos que portaban, allá se depositan,
Mientras las buenas gentes una oración musitan…
Surge un canto vibrante que el corazón inflama,
Mientras todos recitan la siguiente proclama:
“Noble Señora y Madre nuestra queridísima,
Virgen de la Vega: nuestro amor hacia ti se renueva
y crece cada año, en esta Fiesta gloriosa para nuestra
ciudad y provincia.
Todas las flores del mundo nos parecen pocas
para regalártelas a ti, que eres la flor más bella de
la Humanidad.
Una flor en manos de los que aman, es como un
poema, una sinfonía, una joya para regalar a la
persona amada, y en este caso, a Ti, Virgen de la Vega,
nuestra madre, nuestra reina y nuestra patrona.
Flores en nuestras manos, flores en nuestros vestidos
charros, bordados, en tu nombre, con tanto cariño como
el de los cultivadores de estas flores, en las riberas del río
Tormes, flores de virtudes en nuestras almas y que son
también el compromiso de seguir creciendo en el amor
que profesamos, en la perfecta armonía entre el amor
a Dios y el amor a nuestro prójimo. Amándote a Ti, no
podemos desentendernos de los pobres, de los que pasan hambre,
de los que no tienen trabajo, de los que están enfermos
o necesitados de cariño. Flores son virtudes sociales,
imperiosamente relacionadas con quien quiere amarte,
como nosotros te amamos.
Señora de la Vega del Tormes, bello y poético río,
que discurre día y noche, a la vera de tu casa, la catedral
de Salamanca, musitando poemas de amores hacia su Virgen
y Patrona. Pero la estrofa del agua y el murmullo rumoroso
de sus pequeñas cascadas, son la música que acompaña las
plegarias de los salmantinos, que buscamos en Ti, el alivio,
el consuelo y la esperanza. Sigue tú, Tormes lento y manso,
queriendo acariciar los pies de la Señora, y nosotros, los
salmantinos, seguiremos dando a nuestra Virgen, las mejores
perlas de nuestro amor, que ahora declaramos con flores,
en esta hermosa Ofrenda en su honor.
Salamanca, 7 de Septiembre de 2009
EMILIO CORONA
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