Te vas hojeando como el cuaderno de mis pensamientos, las flores que coronaron tu sien se han secado,
nunca te seques demasiado, porque soportar más
del silogismo no lo vivo.
Mis recuerdos están en ti, mis raíces las conoces tú,
Mis caminos de corto plazo los extendiste tú, en tu matriz, nos unió el cordón umbilical del amor,
Te fuiste haciendo prosa en mi,
Te convertiste en el sendero,
me fecundaste con tu semilla.
Me enseñaste a creer y a esperar...
tantas cosas aprendí de ti,
Recibiste mis lágrimas en un día
y al otro las volviste a cosechar,
Guardaste los retos en tu memoria,
me encaminaste más allá de tu posibilidad,
Por esto madre mía te debo lo que soy,
acampaste sin mediar tiempo una madrugada,
sin razón te quedaste a mi lado cubriéndome de besos,
recepcioné tanto de ti,
que tu falta ciertamente me acabarà,
Por esto nunca me faltes para no morir de tristeza.
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