El mar clama en su lenguaje
Palabras eternas que pronuncian,
Uno por uno, los misterios
De los actos de los hombres.
Son palabras que sólo Dios entiende;
Y nosotras, que somos semillas
Esparcidas al viento marino
Una noche de estrellas y lluvia,
Nosotras, creemos entenderlo
Sin comprender que tan solo
Cuando formamos un única alma
Logramos descifrar el enigma.
Aun habiendo mares y mares
De asfalto caliente entre tú y yo,
Los movimientos densos del mar
Que llevas en tus entrañas
Me gritan desde lejos
-no me dejes, somos uno-
Y en sus lágrimas lloran éstos
Ojos de lluvia salada que tengo.
La mar nos ha robado, o prestado
Con condición de madre, las horas estas
Que empleamos en olvidar, en acallar,
Ese murmullo interno de sabernos
Lejos de Él. Ya sabes, amiga-hermana,
Que lo que no borra un mar de sangre,
Lo hace uno de lágrimas. Te quiero.

05/09/00