…y entonces parecía
como en otro mundo,
árboles de follaje disperso
flotaban de cabeza
y un cielo azul celeste
llegaba a la orilla de la playa,

relámpagos sustituían a la espuma…

Había seres oblicuos y ausentes;
demasiado delgados
me miraban con sus grandes ojos negros
perdidos, incrédulos,
intrigados llenos de miedo
tomados de la mano para no electrocutarse.

Cielo adentro una niebla espesa
guardaba monstruos dantescos, enormes
que bailaban danzas extrañas
implorando a sus dioses
por un poco de realidad.

Les acompañaban sonidos
como de flautas,
tristes y opacas las notas
salían derramando melancolía
en aquel paisaje extraño.

Aves enormes planeaban lentamente
intentando aterrizar
tenían sus panzas rosas
y una cola larga como de fuego
que acariciaba suavemente
el firmamento lleno de una oscuridad completa,
absurda.

Un planeta enorme creciente o menguante
como luna
era el dueño del paisaje
no había fríos ni miedos
solo mi soledad inhalando vida.

Por favor
no dejes de hablarme
por que me estoy yendo.
No quiero despertar mas
gritando su nombre.