El día empezó cuadriculado, arrastrando las sabanas hasta la puerta de la pieza con un pie desnudo porque la noche me había quitado una media.
Cuando crezca voy a vivir en un pueblo chico que tenga mar, lejos del frío y la humedad. Voy a tirarme la mitad del día en la playa hasta ver cada atardecer mientras me tomo una cerveza y fumo un faso para irme hasta el horizonte. Después, con la arena todavía entre las piernas y los dedos de los pies arrugados, voy a volver caminando a casa tarareando alguna melodía empalagosa. Puede que hasta venga algún amigo por la noche a cenar y a todo lo que va después para una soltera, vino y cine mediante, luces bajas. Estaría bueno.
Me gustaría charlar a solas, de cara, con el mar, el día de mi cumpleaños.
La otra mitad del día trabajaría en algo que no sea insoportable, para justificar mi existencia. Es necesario trabajar por mi comida, mi techo y mi tiempo libre. Por eso no planeo el día entero como un lagarto, panza arriba bajo el rayo del sol.
Si cercano al día en que debamos mirarnos a los ojos con el agua aun no me he instalado en ese pueblo, bueno, podría conformarme al menos con estar de vacaciones ahí. Si no tuviera plata para hacerlo podría pedir prestada, aunque me da un nosequé endeudarme todavía mas, y mis amigos tampoco tienen tanto ahora que lo pienso.
¿Qué otra idiotez se puede pedir para entonces? En cualquier caso, me conformaría con recordar esto en lugar de estar limpiando el caos de mi casa porque a la noche viene gente que no debería sentirse incomoda en mi living.
En cualquier caso tampoco estoy segura si trabajaría. En realidad, no me importaría tener o no con qué justificar mi existencia... En cualquier caso estoy cumpliendo veintipico y estoy llegando al fondo del mar de porquería que conformamos todos en esta ciudad húmeda y fría, sin mar, con un río revuelto y contaminado.
Después de todo, creo que me conformaría con llegar a los treinta... aunque no estoy muy segura para qué.
Estoy acá sentada en silencio, arrancándome la piel de los labios con los dientes y las uñas, y estoy mirándolos a todos ellos.
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