Muere la tarde acompañada de esa luz que en alba abraza los árboles despiertos. Muere la tarde acompañada de los ecos del día que se han transformado en un túnel que desemboca en el sueño. Sobre estas calles se posan la luz, los sonidos cansados de la jornada repetida como letanía incierta. Los cuerpos, sin entender abrazan la llegada de la noche ajenos al milagro repetido transformado en algo común. Flotan en el ambiente a manera de planetas sin gravedad los ladridos de los perros que despiden al día desprendido del tiempo. Muere la tarde acompañada de esa luz que en el alba abrazó los árboles despiertos.
Texto agregado el 07-09-2009, y leído por 897 visitantes. (2 votos)