Moisés Cabrera García
1960 -
Puerto Rico
"El que a hierro mata a hierro muere"
Las cucharas contienen veneno mortal
UN humo espeso y cálido cubre el inmenso vacío que existe en aquel lugar olvidado. Son casi las cinco y cuarenta y seis de la tarde y se escucha el crujir del acero. A lo largo del pasillo se encienden miles de antorchas que provocan la asfixia incesable de los que allí yacen. Pasan miles de horas y por fin cae la noche. Entonces es cuando comienza el gemir de los seres que son maltratados en aquel lugar. La carne es abierta a la fuerza y sin compasión. Son muchos los que viven ese martirio día tras día. De pronto una víctima más es empujada al enorme vacío quedando en el suelo inerte como si estuviera muerto. Y allí me encuentro yo. Al lado de un moribundo desconocido que sólo despide ese maldito olor a ron barato que me trae tantos malos recuerdos.
Con esta noche se cumplen mis 365,000 mil días de estar en este infernal sitio. Todo parece como un sueño del que no he podido despertar. Pero a la verdad es que tengo que aceptarlo. Ya no puedo tapar más el cielo con la mano. Ha pasado mucho tiempo y tengo que enfrentar la realidad. De aquí no regresaré jamás con mis seres queridos.
Lo que no puedo comprender es porqué estoy aquí. Mi vida fue una de las mejores en la faz de la tierra. Nunca fui una persona con malas intenciones. Siempre fui humilde y honesto en mi proceder. Todo lo que hice fue digno de un ser humano honrado.
Cae la mañana y se asoma la luz entre las tinieblas. La pequeña caverna se ilumina a media luz y se persibe el desagradable olor de un borracho que yace tendido esperando por un aliento de vida. De pronto el desconocido visitante se despierta. Abre sus ojos y su maltrecha boca para comenzar a gritar.
(--visitante--) ¿Qué diablos me pasó? ¿Dónde estoy? ¡Alguien que me ayude por favor!
(--Yo--) No se asuste buen hombre todo está bien.
(--Visitante--) Pero ¿quién es usted?, pregunta el tatuado
desconocido.
(--Yo--) Mi nombre es Tomás Herrera y hace 365,000 mil días que pertenezco a esta sociedad. Tiene suerte de que lo hayan traído a mi lugar. Yo no le haré ningún daño. Tenga, tómese un poco de esta múcura que sobró de la celebración de año nuevo. Lo preparamos con los mejores desodorantes de "spray" que teníamos.
(--Visitante--) Gracias, me hacía falta un trago. Anoche bebí hasta la saciedad y no recuerdo qué me pasó. Aunque eso es pan de todos los días, responde el visitante.
(--Yo--) Pero dígame, ¿Cómo se llama usted?
(--Visitante--) Yo soy José Gracias, pero llámeme Cheo el Tatuado. Dígame Tomás ¿cómo vamos a salir de aquí? Este lugar no me gusta nada.
(--Yo--) Bueno, la única forma de salir de este sitio es cuando agotemos el año que tenemos asignados a este lugar. Es ahí cuando te llevan a la cámara y te dan el veneno mortal. Solamente así podremos escapar de este infierno para ir a otro desconocido y tal vez peor.
De pronto se oye a lo lejos unos pasos que truenan al compás del tic tac del reloj y que me suenan familiar.
(--Yo--) Qué raro, por aquí nunca pasa nadie a esta hora. Este pasillo ha estado abandonado por miles de años. Ojalá y que se olviden de nosotros. ¡ Oh no ! Es que vienen por mí. Hoy se cumple mi extenso divagar de recuerdos que se quedará para siempre en el olvido de mi eterno sufrir. Por primera vez en mi vida me siento atrapado en este cuerpo sin poder escapar a lo por venir. Es ahora cuando se confunden todos los recuerdos y se funden en uno solo. Pero la escena que no se mezcla, y que repito segundo a segundo, es la que me hizo llegar
hasta aquí. Recuerdo que cuando llegué estaba
empapado de sangre y con la cabeza abierta. Fue con el tiempo que me sané de la herida, aunque dejándome esta enorme cicatriz que tengo en el cráneo. A la verdad es que no soy el mismo de antes. Este lugar me ha transformado en un auténtico asesino. Fue a las dos semanas de haber llegado aquí cuando sucedió esto. Pasadas las ocho de la noche entraron el Trinco y Viril para tratar de abrirme la carne. Forcejé con ellos lo más que pude hasta que fui dominado y lanzado al colchón como mujer a punto de ser violada. Las pocas fuerzas que me quedaban me ayudaron para sacar la mohosa espiga de acero que guardaba debajo de la almohada, que la heredé del último compañero que fue obligado a morir. Fue así que le di muerte al Viril de un certero puñalazo en el centro del pecho. Esa fue la tercera vida que sufre por mí.
Los pasos en el pasillo suenan cada vez más cerca y me son más conocidos. Por fin dejan de sonar. Es que mi tiempo se ha agotado. La celda se abre y un rostro familiar se asoma ante un evento inolvidable. Es mi conciencia que viene a buscarme. La han asignado a la recta final de mi vida.
(--Guardian--) Vamos levántate, ha llegado la hora de pagar por lo que haz hecho, dice el guardián.
(--Yo--) Vine aquí siendo un hombre bueno y este lugar me dio de su veneno mortal. Convirtiéndome en un asesino, ratero, drogadicto y hasta bebedor de múcura embriagadora. Y todo por haberme dado unos tragos de más en aquella fiesta de graduación tan esperada. Cuando salí de la celebración nadie se preocupó por mí. Recuerdo que todos se reían al verme borracho. Lo más seguro que ellos estaban igual. Fue entonces cuando encendí el auto para dirigirme hacia la Mayor Cantera. Tenía mucho sueño y quería llegar pronto a mi casa. Ahí fue el punto culminante de mis 22 años. Choqué con algo verdaderamente inmóvil. Todavía no lo puedo creer. Ahí estaba yo pinchado en mi carro sin poderme mover. Encharcado de sangre hasta los tobillos. Pero lo más triste fue saber que la pared inmóvil era una niña con su madre que transitaban hacia el paraíso prometido.
Ahora me toca a mi buscar el camino perdido que emprendieron primero mi madre y mi hermana antes que yo.
VOCABULARIO:
1. Las Cucharas - cárcel que hay en Ponce, Puerto Rico.
2. Mucura - Bebida que preparan los Presos a base de desodorantes Para embriagarse.
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