...volver a casa, abrir la puerta y saber que están ahí, esperándome con una sorpresa amasada por ambas. Quisiera volver a casa todo el tiempo, abrir una y mil veces la puerta y encontrarlas. Sonrisas, el regreso y el descanso, el final de la jornada, los abrazos, los besos y ese aroma a torta recién horneada, mirar los garabatos que la nena trajo del jardín, compartir la cena, programar una salida, lavarse los dientes y leer un cuento antes de dormir, tirarnos en la cama, abrazarnos, la charla habitual y esa calidez incomparable, compartir las alegrías y también las frustraciones, buenos compañeros, buenos amigos, buenos amantes ¡Si pudiera congelar esos momentos! ¡Si pudiera avivar el fuego que se apaga! Es difícil aceptar que aquello será en poco tiempo solo un recuerdo y que la vida continua avanzando imparable decidiendo por nosotros a pesar de nosotros… Pero como me gustaría volver a casa y encontrarlas nuevamente como antes, como hace tan poco las encontraba… si el genio de la lámpara me concediera un último deseo antes de partir sin duda pediría volver a vivir aquel instante cuando la puerta se abre y me esperan las sonrisas, los abrazos y la cena preparada, el calor del nido. Sería inmensamente rico si pudiera recuperar al menos una vez más, ese momento mágico donde el amor bendecía aquel refugio que tantas tormentas resistió ¡Que lindo que era! ¿Te acordás? Siempre fue bueno volver a casa…
FIN
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