le preguntaron si el Subcomandante Marcos era el mejor poeta de América Latina
y supuso que no, pero nosotros nunca pudimos acceder a la carta de recomendación
(actualice su currículum, con foto por favor).
no puedo dejar de pensar en esa cara
qué le vamos a hacer. me cago en la diferencia,
y en engañar a los currelas del metro pa colarme.
me cago en la diferencia
en la autoayuda. en estar simplemente vivo, qué pollas. qué pollas.
y no me refiero a que dejes la cocaína. y no sólo me refiero a la coca, sino también a todo lo demás. ya, ya
imagínate que nosotros sólo te respetemos las metáforas. y, sí, te estás muriendo de althezeimer y, sí,
y aún así,
te miran como un intruso. y todas las películas
y todas las novelas interesantes
se refieren a aquel mundo
que insisten en que no existe
en que ya no existe. ¿pero puedes hablar de madrid
sin odio?
vale, vale, no has encontrado hombres así en ningún lugar (tal), no mirarse, no tocarse para ver, seguir la melancolía en la distancia del mundo y las hormigoneras cepillando
el lugar donde la conociste
por primera vez.
es un lugar de moda donde hacer negocios más
entre chicas que parecen guapas y chicos que sostienen poemas consistentes, sí son las canciones que cantamos, insistentes, la fibre
de la
serpiente.
¿qué serpiente? ¿qué infierno?
Lee Van Cleeft tenía un encargo, un cuadro, por 30 dólares
y tú una concha para no mirarme el careto.
cretino, tienes mordidas en los pezones, ¿a caso
no me quieres?
capullo, inútil, creido, vanidoso, infecto
aquí eres el jefe
correcto, elegante, beber alcohol, trabajar en librerías de usado, un tipo inocente, rumor máscara margen definitivo tranquilo y
podrido
pequeño
yo. aún
existi...
jodiendo, mejor decir
"jodiendo". |