Tu pálido y frío rostro se desliza entre mis manos,
de igual manera como las nubes del cielo dejan pasar el viento que las sopla.
Respiro
Verte. Difumarme en tu mirada como la pintura en un lienzo virgen dando origen a un oleo infinito de belleza. Me desaparezco en el tiempo como el humo de un habano que solo se enciende para degustar cada vez que diriges tus ojos. Tus santos ojos a mi presencia.
Suspiro.
Largas y dolorosas son las horas que nos distancian, así como calientes millas son aquellas las que recorre el vagabundo eterno hasta tu vera por un ocaso de tus labios.
Sin aliento.
Muerte súbita que reclamas hoy el ultimo aliento de este humilde poeta, con orgullo te miro a los ojos y sin suplicarte te exijo me dejes reposar esta ultima noche en su corazón.
Fin.
Texto agregado el 03-09-2009, y leído por 122
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Lectores Opinan
03-09-2009
de verdad que el título describe el contenido, me gusta divinaluna
03-09-2009
Ese dejo de melancolía que se bebe a sorbos por tus letras,ese dolor resignado que se niega a morir y el pálido y callado amor que gritar no puede, hacen de tu texto una joya invaluable eruda_22