Era una habitación enorme. Podía sentir a las personas, escondidas, observándome por detrás . Las cámaras de vigilancia me enfocaban y yo me ponía más nervioso. Una fuerte alarma me asusto. Mi estomago se estremecía. Había llegado la hora. Tantos meses de entrenamiento, poder estar allí. Debía hacerlo bien. Mi cabeza estaba hirviendo. Tantas preguntas, ¿lo lograre?, ¿seré el indicado?, ¿Quién mas habrá sido elegido?, ¡¡CATALINA!! Es verdad. Ella también fue elegida ¿habrá pasado?, ¿no habrá pasado?... ¡Dios que nervioso estoy!

-modelo de prueba uno en posición- llego el tiempo. Quede firme. Trate de calmar mi mente intentando enfocarme en la prueba.
-modelo de prueba uno listo para combate… iniciando- la enorme compuerta empezó a elevarse y pude ver a mi contrincante. Sus cuatro enormes patas mecánicas avanzaron hacia a mi. Sabia cual era mi objetivo, debía destruir a esta maquina para que se abriera la entrada al siguiente examen. Hice mi primer movimiento pero la maquina fue mas rápida y me sorprendió con un golpe directo a mis costillas. Gire tres veces y caí sin poder respirar. Intente levantarme, pero apenas pude ponerme de pie. El dolor me impedía enderezar la espalda y caí nuevamente, esta vez de rodillas.

Parecía que todo había terminado. No podía pelear así. Me imagine a mis entrenadores y sus rostros decepcionados, de todos los que habían confiado en mí aunque lo más doloroso era imaginar mi encuentro con catalina. Yo, reprobado y expulsado del programa S.H. y ella con su uniforme nuevo de vigía, cuidando de la ciudad y sus habitantes. Me sentí terrible. Esa diabólica maquina volvió a embestir sus enormes brazos mecánicos contra mi. Intente evadir su ataque pero volvió a golpearme impactándome en el hombro derecho. Quede estampado contra el espejo, por el cual examinaban los evaluadores. Me incorpore algo despistado. Ese odioso robot empezó a girar su taladro. Se preparaba para su nueva ofensiva. Si no lograba esquivar ese ataque terminaría muy mal herido o incluso muerto. Se impulso a gran velocidad. Logre evadirlo por reflejo. Ya no me importaba lo que pensaran los demás, ni siquiera lo que pensara Catalina ¿Para que?, ¿de que serviría? Quería sobrevivir .Estaba conciente que si volvía a golpearme no saldría vivo de ahí. El gran robot me apunto con su arma rotatoria. Eludí muy bien su embestida haciendo que la maquina se clavara en la pared a unos cuantos centímetros de mi oreja. Trato de golpearme con su otro brazo pero lo detuve con mis manos. De un solo golpe logre derribarlo.

Su gran ojo traslucido me observaba detenidamente. Escape de otro golpe seco que impacto en el suelo. Aproveche el polvo que levanto y salí de su mira. Salte sobre el y me coloque detrás acertándole una buena patada que marco mi pie en su lado opuesto.

Estaba furioso. Volví a brincar pero esta vez arriba de el. Lance golpe tras golpe abollando su blindaje externo.

Su único ojo se hundió hacia su interior y empezó a emitir un fulgor rojo y caliente. Sabía lo que era. Me impulse hacia atrás mientras un rayo de protones se disparaba hacia el techo. Respire aliviado por estar completo. El rayo pudo evaporarme por completo. Me salve por una nariz.

Aprovechando que yo estaba en el suelo se precipito sobre mí. Mi puño lo intercepto en medio camino destrozando su brazo derecho. El brazo taladro intento atacarme por sorpresa entonces con mi mano izquierda lo detuve en seco mientras la tomaba firmemente con ambos miembros superiores. Levante la maquina sobre el suelo y con toda mi fuerza la arroje contra el espejo de observación. Con el impacto el robot se desarmo en todas partes provocando que su núcleo de energía explotara. Quede inmóvil, observándolo.

La puerta se abrió detrás de mí. Sonó una nueva alarma avance hacia la segunda prueba, a lo desconocido pero convencido de sobrevivir. Por los demás, por quienes creyeron en mí y por los que tendría que proteger. Era mi responsabilidad.