Cielo de luna llena en la quebrada de Cholcochuco.
-¡Pascualina! ¡Ay, Pascualinay!
Pasa una akichi cantando, cuando dicen que es un indio maldecido por Wirakococha’y convertido en un pájaro salado y negro.
-¡Pascualinay, asoma tus ojitos limpiecitos de urpi, urpituchi!... ¡Pascualinay!
La puerta de quinchas y amarras se abre del canto.
-Anda, cholo, anda duerme en el establo. ¡No te vaya a ver patrón Mesías frente a su puerta!, ¿acaso no has oi’u pasar a la akichi malagüera?...
-¡Anda! ¡No seas malita! ¡Déjame un ratito contigo! ¡Para que veas que soy buen cazador de cóndores de toda la comarca!...
La mujer se quedo mirando al indio que le enseñaba los brazos como rojos trofeos.
-¡Jesúses! ¡Mira nomás como as queda’u con esos feos arañazos! ¡Ayayau!...
-Nu’ es nada ninacha…Yo solito le agarré de pico al cúndor entre los pedruscos de las montañas. Justiniano, Vicente, y Sabino lo enlazaron con sogas después.
-¡Sonso, cholo, sonso!... ¡Como no te a pica’o un ojo por agarrarle!
-Cúndores ya me conocen…ellos tienes un pacto con nosotros los indios, nu hacen daño. Ellos se dejan agarrar para yawar fiesta nomás… ¿irás conmigo en día de fiesta, Pascualinay?...¿irás?...¡Yo le pediré permiso a patrón don Mesías para que vaís ese día conmigo Pascualinay!...
-Patrón dijo que no quiere casorio entre sus indios, ¿lo as olvida’o Cunturo?...dicen que niños quitan comida de sus bodegas…
-¡Nú es así urpillay, nú es así!...
La misma akichi regresa cantando para posarse en los tejones de la hacienda. En la ventana del cuarto de don Mesías se enciende la luz de una lámpara.
-¿No te dije que la akichi es malagüera? ¡Ese indio sala’o por Wirakocha’y solo trae mala suerte!...¡Ya anda Cunturo, si te ve el patrón conmigo se va a enojar mucho!...
-Si ya me voy Pascualinay…¡Mañana veré tus ojitos de urpillay jalando el agua pa’ las vacas!...
Cunturo no habló más, y se perdió por las claras sombras de la noche hacia el establo.
Al despuntar el alba entraron a la casa de don Mesías Jiménez los tres Varayock’s de las comunidades de Cholcochuco , Mollon, y Jalcahuampa. El sol calentaba las paredes blancas del patio donde los concertados se sentaron en los poyos de la pared de cañas que separa la cocina de las criadas.
-Nos días.- Saludó Pascualina, haciéndoles una reverencia a los llegados.
-Nos dias, ninacha, aquí Varayock’s buscando a su taita patrón, ¡donde está?
-Taita Mesías, los Varayock’s serranos!.- Llamó Pascualina. Don Mesías salió del corredor con chaleco curtido, sombrero festivo y botas de cuero negro. Los tres hombres se pusieron de pié al ver llegar al dueño de casa.
-¡Nos días, don Mesías!
-¡Nos dìas, Varayock’s!, ¿A que se debe sus visitas?- Dijo, invitándoles a sentarse cerca suyo, cruzando sus largas piernas, sin perder su estampa de hacendado español.
-Pues taita Mesías, abusando de su generosidad. Varayock’s queremos nos apoye con un turo para el yawar fiesta de comunidades.
-Cierto pues, taita, que también sus chacras y animales que hay por nuestros lugares de Cholcochuco, Mollon, y Jacalhuampa, tan bién custodia’os por nuestra investidura y agüita no les a faltado ni les faltará.- Dijo otro Varayock.
-¿Y que hay de esos indios hambrientos que se llevan el maíz de mis chacras?
-Son latigüeados, taita.
-¡Carajú!, ¡Que mejor corresponderle sus buenos gestos que darles a mi supayturo de mi establo en Cayalma.
Los Varayock’s se miraron unos a otros por un instante, muy temerosos.
.Pero, taita, el supayturo es el mesmesimo diablu’. Turo ser muy malo. Supayturo come los intestinos de otros toros que mata en el establo ¿Cómo a chasca vamos arrearlo hasta la plaza? Es como traer al mesmo diablo con soga por los cuernos….
Don Mesías se echó a reír.
-Pos’ como un perro chusco, ¡Brutos! .-Contestó.
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