Había una vez, en un pueblo lejano y poco habitado, una pequeña muñeca de papel.
Esta muñeca, era diferente a todas las otras que habían hecho lo niños que no podían comprarse juguetes. No tenía rostro, porque la apariencia para el niño que la había creado no era importante; no tenía pelo porque el se la imaginaba todos los días como quisiera, sin que la imagen de papel arruinara sus sueños infantiles. Además de todo esto, ella tenía un pequeño corazón dibujado en su pecho, uno para ella sola, lo cual la hacía sentir.
La frágil muñeca no podía moverse, ni hablar al igual que las otras, puesto que solo era un simple dibujo; pero ella si podía tener sentimientos y emociones tan fuertes como un humano normal
Con el tiempo, comenzó a sentirse triste y sola, muy sola, ya que nadie la acompañaba cuando se sentía mal, lo que era casi todo el tiempo. Aveces deseaba ser persona, aveces, sólo una muñeca dibujada... sin corazón, para no seguir sufriendo más de lo que estaba en ese momento.
Un dìa decidiò arrancarse el corazòn, pero no podìa sacarlo. Entonces viò que su niño estaba dibujando, una muñeca que parecìa feliz, sin corazón, como ella quizo ser y nunca pudo. El iba a sacar esa muñeca para jugar, era mas firme y bonita, en cambio ella.. estaba vieja y frágil. El corazòn se le trizó, cayó dejando una pequeña abertura en su pecho de papel. No pudo sentir más; se volvió simplemente, una muñeca: una pequeña y de papel. |