La rutinante vida diaria de la gran metrópolis, en algunos momentos nos deja perplejos el destino se encarga de que algunos seres se crucen y surja un encuentro en donde las posibilidades de salir bien, son a veces escasas y terminamos en un torbellino que nos lanza al rincón de la desesperación.

Flaquet walks un tipo común de unos cincuenta y ocho años, con familia formada, hijos ya crecidos, vivía su rutina diaria, sin sobresaltos, todo normal. Cruzo la avenida a comprar sus siempre cigarrillos sin filtro, para fumar tranquilo en casa, en un pequeño patio sentado en una vieja silla de madera y algo de mimbre amarrado al respaldo. En ese momento casi por descuido se topa con una mujer, su reacción fue disculparse primero y verla después ella amablemente le sonríe y le advierte que no hay problemas y continúa su camino.

Flaquet asiente y no insiste en mediar alguna palabra mas comienza a caminar y contempla su silueta de espaldas a el , unos cuatro metros de distancia, coincidentemente el lleva el mismo rumbo, no puede creer, ella se dirige al lugar de trabajo y de pronto recuerda que en la oficina, necesitaban una secretaria urgentemente, Flaquet se alegra y sonríe maliciosamente pensando para si – que hermosura de mujer – a juzgar por sus desorbitados ojos entro al lugar y pregunta en tono amable , si necesitaba algo, ella un poco sorprendida le reconoce y comienza ese dialogo de miradas e insinuaciones después, Flaquet se siente con el dominio hasta aquí, puede controlar sus emociones.

Era su nombre Andarinka Valdamat que lo cautivaron completamente, solo pensaba en ella,
Y como un muchacho adolescente, la conquistaba con sus inventadas aventuras de hombre experimentado, la colmaba de obsequios, le dedicaba su tiempo, estaba rendido ante ella.

Tenia que sentirla, olerla y rozarla, no soportaba la espera de verla al pasar el fin de semana, ella lo sabia, lo tenia muy claro que Flaquet estaba vulnerable a su indiferente amor, pero comenzó este juego de amor y desamor, de dar y quitar…

Flaquet no disimulaba o mas bien, no se daba cuenta que era un ser ausente, solo para ella, desconcentrado de sus labores, comenzaba sin darse cuenta, a hablar de ella en cualquier situación no podía evitarlo. Pero ambos cayeron en este juego aunque ella, un poco más indiferente a este hecho, le seducía, con sus ajustadas vestimentas, mostrándole su juvenil
cuerpo, Andarinka con su caminar sinuoso provocaban en el, la obsesión perversa de tenerla solo para el y ella lo sabia…

Se vestía muy provocativa y sensual, en reuniones a veces al verle Andarinka le regalaba a el y los demás, levantando su pierna para entrecruzarla luego, mostraba sus jóvenes y tersos muslos, que a ninguno de los hombres ahí dejaba indiferente, Flaquet no soportaba esta situación, su rostro cambiaba, lo que este no sabia que Anadarinka no soportaba su propia perversión, tenia que hacerlo provocar a todo hombre que la vieran, hasta dejarlos jugando con la imaginación erótica de estos. Ella se excitaba con esto al sentirse deseada con estas miradas maliciosas que la penetraban, hasta denudarla. Flaquet sufría con esto, no soportaba esta situación, aunque en su interior podía disfrutarla mezclando sus celos con rabia y dolor, extraña combinación, pero para Flaquet no había alternativa el sufrimiento se iba acrecentando cada día mas.

El siente el despecho y la cruel indiferencia de Andarinka y comienza a confundirse, la esperara y ve con desesperación, como llega siempre acompañada, de algún postulante para su cuerpo. Aprieta sus dientes y empuña sus manos, sintiéndose impotente frente a la sonrisa de ella, cuando se miran fijo, es que la perdona Flaquet esta en total estado de embriaguez por ella y esta lo sabe y abusa de la situación.

El la quiere para el y no logra comprender, que no es de nadie mira celoso al viento, que levanta sus faldas, para mostrar sus hermosas nalgas y diminutos ropajes, que seducen al mas frío caminante que con lascivos ojos contemplan como se entierran a donde Flaquet no puede llegar.

Sufre con su indiferencia y retuerce su alma, al punto de humillarse a acompañarla para que lo vean con ella y le admiren, más a ella por lucir sus tenidas ceñidas a su voluptuoso cuerpo, tan joven y lujurioso andar.

A escondidas la sigue para ver con quien se junta, con quienes se acuesta o se divierte, cayendo en la desesperación total. Pero una vez mas aparece ante el, con su suave perfume, vestida radiante, sensual y hermosa.

Cae de nuevo a este juego otra vez, no puede evitarlo, esta enloqueciendo por ella, en el fondo, solo ve su cuerpo, esas largas y contorneadas piernas en tacón, puede ver su aliento
Ese aliento que Flaquet ha perdido por ella.

Sus medias de red, lo han atrapado de nuevo, esta sumergiéndose, obsesionándose con tenerla para el. Se arrastra por su puerta en las mañanas de domingo, pero ella no esta ahí,
Esta coqueteando al viento, que sopla fuerte, como abrazándola con su aliento.

Flaquet Walks esta perdido, no se reconoce a si mismo, sus pocos amigos, le replican su actuar, pero el no les escucha, solo quiere oírla a ella pronunciar su nombre y mirarla para calmar su angustia, su hambre.

Andarinka esta aburrida de el, su posesiva presencia le molesta, sus constantes llamados, sus mensajes, su mirada, la inquietan. Este perverso juego se ha transformado en una perversión total y no quiere acercarse a su lado, pero el trabajo los acerca inevitablemente.

La situación incontrolable, para ambos, Flaquet no puede retroceder, ha decidido seguirla
Lo ha abandonado todo, su familia ahora lo desprecia y sus hijos no comprenden esta terrible obsesión, se sienten abandonados y arrastrados por este cruel delirio. Pero a el no le importa, sigue tras sus pasos, su aroma, su sombra.


Ella se marcho a aun lugar lejano, a conquistar a otros a embrujarlos con su andar, encender lujuria y ha dejarse manosear por el viento, que se cuela por debajo de su falda, provocando al caminante con su caminar. Flaquet ha perdido el rumbo, no la encuentra solo halla una huella, es mas bien una cicatriz dejada en su mente y lo tiene dando vueltas por las calles, hablando solo increpando al viento, hiriéndose a si mismo con las mismas ropas ya ajadas y sucias, descalzo camina buscándola, hasta caer de cansancio, sabe que la encontrara, amando al viento, los descubrirá y reventara a ambos con sus manos y pies.

Con sus dientes morderá sus piernas y flagelara su endemoniado cuerpo para que el viento
No la posea más, nunca más. Se dejara apresar para escapar del viento que no lo dejara en paz ni por un momento.

Flaquet fue encontrado yerto, en una fría mañana de invierno, en sus manos unos viejos boletos que encontró en la estación, en ellos una gran letra A, seguramente en su perdida mente asociaba a Andarinka lo único que recordaba antes de partir con su locura a cuestas.