La mirada acusadora,
y la angustia de perderla
fueron pasando los años,
para encontrarnos así de repente…
No fue el mismo pensamiento
el amor de aquellos
jóvenes años,
se diluyeron para siempre.
No era la misma mirada
dos nuevos extraños
se cruzaron un momento,
dos nuevos extraños
que en silencio sordo,
las miradas alternaron.
Nada más saltan algunos recuerdos,
para volver a mirarnos
después de tantos años,
surgen del inconsciente
poderosas razones.
Arrastramos como viejas y pesadas cadenas,
que ahora nos revelan diferentes,
los nuevos años que nos sucedieron
las nuevas experiencias ganadas
fueron cortando esta pesada carga.
Pero quedaron trozos,
de metal tan oxidado
y estos corroídos eslabones,
doblegaron los pensamientos
contaminando al resto…
Pero después del encuentro
todo fue tan claro,
el lastre fue expulsado
y los restos del opaco metal,
a la tierra cayeron.
Esta tierra que me vio tendido
llorando su partida,
absorbe estos últimos pedazos,
para desaparecerlos,
para borrarlos de mi mente…
No quedo intención,
no nos hablamos,
se desvanecieron los recuerdos de aquella sombra
porque ya te he olvidado.
“Se firmaron los documentos
y el único ganador aquí…
fue el abogado”…
|