Porque me pierdo
en tu mirada gris,
en esos ojos centellantes,
porque permito que tu voz
me abrase, me ate, sobre tu caracol.
Soy luciérnaga de luz constante,
brillo para alumbrar el camino,
luzco con aspecto vibrante,
siempre estoy errante en mí tornasolado vuelo,
acaricio la fresca mañana, fría,
arde en mí el fuego
de las noches de hogueras,
somos muchas, somos tantas
mariposas soñadoras,
ágiles sirenas del viento.
El silbido del eco me acompaña
y me cuenta de tu agua dulce y salada
de tu color esmeralda.
Ay mar, sueño en un largo viaje,
solo para ser luz, cristal, al son del viento
sobre tu cuna de agua.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI |