No te amo por ser la madreselva
que florece en mis territorios,
ni por ser mi insignia o por ser quimera.

No te amo por abundar en mi pensamiento,
o ser la angustia de mis manos cuando te añoro
y la ausencia de tu piel me quema.

No te amo si, cuando entre paréntesis, te escapas
y regresas siendo el amor...
o el dolor, si me declaras la guerra.

No te amo solo
cuando el sueño encarcela mis ojos
y de tí quedan encerrados, porque eres tú quien los cierras.

Te amo, por todo lo ya escrito y por lo que no menciono;
Por lo que eres y lo que no eres, aún sin palabras ni fronteras.
Así te amo, mujer; Por todo.

Y porque no sabría amarte de otra manera.