Son esas noches de hastíos, que se transforman en luces para la esperanza, por un momento el corazón se congela, cuando un ángel habla. Para mi sorpresa un vacío, habito en mi garganta, como cuando las sirenas cantan, los marineros nadan, yo quería bracear hasta tu voz, no importaba en que mar estaba, era calido el abrigo, si llegaba a rozarla, creo yo, en mi humilde delirio, que la esperanza había tomado cuerpo y vida, y en esas palabras que arremetía nunca dude que la voz de esperanza era la que oía.
Fue una noche fugaz, donde las estrellas estaban distraídas, y la verdad nunca planee el momento, mas bien la situación lo decidía, Aunque las palabras dispersas, sin ton ni son rebotaban, hasta que nos gano la despedida, con una buena coartada. Son esas alegrías instantáneas, de las que uno no espera nada, pero tu voz fue la sonrisa, antes de las 5 de la mañana., Creo yo que la vida es un amontonamiento de momentos, si todos ellos fueran como tu voz, no estaría a oscuras en mi desierto, desde ese cuando, que retomo entre dormido, nunca quise molestarte, disculpas sinceras de un desconocido.
|