Si tus ojos no mienten; me miente tu postura, tus gestos y tu tono de voz.
Si no es falsa tu sonrisa, ni el temblor de tu piel cuando roza la mía; me engañan tus distancias y tu semblante frío.
Si es verdad la pasión de tu estómago y el cariño seguro de tu abrazo; tu miedo a sentirme demasiado cerca y tu correcta compostura no son más que una estafa.
En cambio, si todo esto no quiere decir nada y soy yo tan idiota que me miento al mirarlas. Entonces, me disculpas que ya cambio de gafas.
Texto agregado el 23-08-2009, y leído por 211
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