Inicio / Cuenteros Locales / levyta / De profesiones insolitas IV
Valeria Mesala le regaló a su emperador, justo dos lunas antes de su abdicación, una de las tres lámparas mágicas extraídas por algún tunante de oriente durante las guerras de Yugurta. Del interior glaseado de la lámpara surgió un genio desvalido, que más parecía un anacoreta de los estrechos de Helesponto.
-Al emperador le serán concedidos tres deseos, decretó el genio. Lucio Cornellio sin dubitar un instante, fiel termómetro de su implacable temperamento, deseo poseer la sabiduría del mismísimo Zeus.
Con un leve aleteo de la capa raída del genio, toda la sabiduría cósmica fluyó a través del cuerpo del emperador Sila. Una vez fue sabio, decidió jamás usar los dos deseos restantes.
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Texto agregado el 23-08-2009, y leído por 137
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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05-05-2011 |
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Ey, muy bueno. Me gusta el esfuerzo que realizas para contextualizar el cuento y ese final moralizante. Egon |
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23-08-2009 |
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EXCELENTE!!!! DIVINALUNA |
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