Experimento nuevas preocupaciones, desdicha completa. Experimento nuevos deseos, locura placentera. Miro alrededor, mucha gente mirándome, otras rompen la tonalidad con una sonrisa. Donde quiera que esté esta gente miente en mi espacio, rompe con todo lo que quiero saber. Aún así mantengo una disciplina, un yo asustado, por convivencia, de lo que le puede ocurrir si es plenamente libre. Doto a mi actitud de un sabor fático. Lloro continuamente para limpiar mi alma. Vivo una felicidad indiferente.
Tal vez debería recurri a narrar mi vida para entender esta felicidad. Tal vez debería despojarme de este traje experimental que me hace, sin certeza ninguna, invisible. Tal vez debería ser como Picasso, incapaz de experimentar las emociones básicas.
Mientras miro por la ventana un pájaro se posa en el marco y se pone a cantar. Es feliz con su cántico y yo escuchándolo. Experimento de nuevo felicidad, pero no es indiferente porqué deseo que este pajarillo se quede.