Te fuiste un 24 de junio de 1999 a las 8:15 de la noche, lloré, lo hice estando solo, por vergüenza que alguien pudiera ver mi lado sensible, no me bastó una vez, fueron varias, a veces en el baño, otras en mi cuarto, o simplemente antes de dormir. Ya pasaron DIEZ años, y fue hasta hoy jueves 20 de agosto de 2009 que te volví a sentir.
Hoy vi tu foto, me acorde de vos, sentí tantas ganas de llorar que casi sucumbí a las lagrimas, te recordé y sentí aquello en el corazón, aquel sentimiento que aprieta el alma, que toca el corazón y la garganta, uniéndola, haciéndola un solo órgano para lograr un desahogo por medio del llanto, para dejarte ir, pero no lo hare.
Perdón por no quedarme hasta el final aquel día de junio, perdón por no decir adiós como debía, por haber dejado esa puerta abierta, por tratar de no recordarte por 10 años, por dejarte en lo más adentro de mi. Perdón mi Bretito, eras mi amigo, y yo contigo fui malo al final.
Solo espero que en tu nueva vida te vaya mejor, te lo mereces, fuiste fiel y bueno, jamás cometiste un mal con intención. Te quiero, quisiera verte de nuevo, pero sé que eso no es una opción para los dos. Bueno sé que nunca vas a leer esto, pero espero que nuestro creador te haga llegar mi sentimiento de amor a ti, sin mi pesar.
Tu amigo, tu hermano, padre e hijo, yo. Roberto.
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