POR UN MUNDO MEJOR.
Hoy vivimos el principio de un nuevo siglo. Como ante todo lo que inicia, renacen las esperanzas de que al amanecer de un nuevo tiempo, la humanidad reflexione sobre la importancia del tiempo pasado para buscar los caminos que nos lleven a ser mejores. En la búsqueda del sano desarrollo de la sociedad, del establecimiento de nuevos principios y valores que alimenten no sólo lo material sino que nos brinden la plenitud del desarrollo espiritual desde lo individual hasta lo colectivo . Que se establezcan las opciones que nos brinden la posibilidad de una realización personal a través de propiciar el crecimiento de nuestras capacidades, desde donde con respeto se vea que cada ser es , en su gran complejidad ; un universo , que junto con los demás constituye un macrocosmos que , en su espacio infinito , nos muestra el límite al que podemos llegar en la búsqueda de nuestros objetivos , siempre atentos a nuestras diferencias y también a nuestras coincidencias , bajo el signo de la tolerancia ,al reconocerlas , daremos pasos firmes hacia un futuro mas equilibrado, más justo.
Es en la búsqueda de ésta justicia que deberemos encontrar nuestra superación. Renunciar a viejos atavismos que nos han asignado roles funcionalistas bajo esquemas de dominación que han impedido el desarrollo de la mujer sin saber que con ello se condenaba a la humanidad a privarse de la opinión y del consejo de más de la mitad de ella , de la mujer , quien tiene la misión biológica de la reproducción y muchas veces de la crianza y educación de todas las generaciones .Hoy se han roto los tabúes y sin distinción de género , el hombre y la mujer deben participar, a pesar de los viejos esquemas que se niegan a morir, en la forja de un nueva sociedad , mas compartida en las responsabilidades y en los derechos, iniciándose en el propio hogar , escenario formativo de la familia , en donde debe comenzar esa nueva educación basada en el respeto, la comprensión y el amor. Vayamos en busca del equilibrio universal con las particularidades de cada sexo al encuentro de la complementariedad .La coexistencia de los opuestos, el negro y el blanco como ausencia y síntesis del color, el ying-yang oriental, el eterno ir y venir de las mareas, siempre con la presencia de dos elementos que con su acción crean el movimiento que le da a nuestra existencia su sentido.
Construyamos un nuevo ideal de justicia que nos brinde las oportunidades para el desarrollo armónico de nuestras vidas , reconociéndonos como la parte de un todo
que sin una de sus partes quedaría incompleto, inútil , vacío.
¡Que necio discurso el que busca la confrontación!
¡Que absurdo deseo de competir en escenarios distintos!
¿Quién puede reducir en forma simplista nuestras divinas diferencias?
¡Juntos, reunidos todos, habremos de construir nuestro destino!
¡Todos juntos por un mundo mejor!
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