Tus antenitas de vinil siempre detectaron la presencia del enemigo pero nunca detectaron la presencia del amor. Tú, valiente luchador chicharra en mano paralizaste tu vida ante la desilusión. Noble héroe del chipote chillaste cuando se aprovecharon de tu nobleza. Tú, fuerte y gallardo desapareces del mundo tras unos sedantes de chiquitolina. Hoy tu escudo no es mas que un corazón destrozado...
Texto agregado el 21-08-2009, y leído por 141 visitantes. (4 votos)