Es inevitable el paso de los años...el rostro se endurece, el cuerpo y nuestras carnes ya no están tiernas; nuestros movimientos se vuelven más torpes: Canas, arrugas, cansancio, son como los compases que acompañan nuestros pasos.
Solo superamos este estado tan poco deseado, con fe poderosa, que cree que lo que vale, son los actos válidos que hemos logrado hacer a lo largo de nuestras vidas. Queremos seguir viviendo y en qué condiciones lo haremos?. Digo cada día que necesito encontrar el fin real de mi vida...para continuar con felicidad genuina, y así poder también morir físicamente tranquila y poder redactar un epitafio, que señale en forma precisa, el resumen de mi vida...y mi memoria que no morirá, quede en todos ustedes como un canto de amor...
Todo fue el resultado de haberme mirado al espejo de la vida. •Somos más que un cuerpo amigos y amigas”.
Marianela La Escritora Zamora