Aunque te cause gracia.
¿Como hacer para encontrar un poeta en Buenos Aires?, en realidad parece una misión imposible. Consulté por bares, ferias y plazas, recorriendo todos los barrios, y los parroquianos me miraban con indisimulada extrañeza, no exenta de una pizca de burla. No faltaría quién me tomara por loco.
Quedan pocos poetas en esta ciudad –solían responder ante mi pregunta: -Como verá, hay pocos tangos nuevos.
La viejita noble y sacrificada dejó de lavar ropa para ganar el pan para sus hijos, y la hermana, “santa pendeja” dejó de ser engañada, no cree más en nada.
–Ahora las chicas se la rebuscan solas,–como vé, los tiempos cambiaron.
Hoy encontrar un poeta en esta ciudad parece una tarea casi clandestina.
A veces pienso que hubiese sido bueno saber escribir un par de versos para mujeres románticas y muchachos sensibles, a pesar de que ya no serían transcriptos con letras de sangre, ni tampoco acompañados por pétalos de flores mustias.
Se acabó el verso, hoy se trabaja duro, y la mujer a la par del hombre.
No solo se trata de parar la olla –recitaba una vecina, “el puchero ahora se lo comen los ricos”.
Sin embargo y a pesar de todo creo que hay un brindis pendiente, y aunque te cause gracia hay un sueño que me reclama el corazón, la quimera de volver a las cosas simples con que se alimentan las buenas intenciones.
No habrá creación donde no anide el espíritu universal del hombre.
El dolor ante la injusticia, el reclamo de igualdad, la sensibilidad solidaria ante el que más lo necesita.
Surgirán como lo propone un poeta de Buenos Aires, “Oficinas de creación poética”, y “jornadas libertarias” se opondrán a la nulidad de los sueños, se volverán a escribir cartas de amor para la mujer amada cuando renazca dentro de cada uno el poeta que anida en lo más profundo del ser humano.
Andre, laplume.
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