En el borde sinuoso del dolor
huyen las flores de una angustia roja.
La rugosidad dorada de una hoja perdida,
que es el susurro del alma del bosque,
huye por un paraje desoladamente marrón.
Un murmullo distante sueña su soledad,
una oscura tentación aniñada que me mira.
Doradas voces hechas del vuelo de un pájaro
llaman a ser algo mas que el sonido del viento.
Agua que se escabulle en las dolidas piedras del tiempo,
migaja de pasado, un racimo de recuerdos,
alimentan el infinito carmesí de la fruta no debida.
Lo que alguna vez fue en esta ocre foresta
es ahora un frío presente cansado.
Y en el colapso de un instante, sucede…
El fortuito reencuentro de dos elementales
que claman ser mas que dos.
AZM
MMIX
Texto agregado el 20-08-2009, y leído por 323
visitantes. (5 votos)