Primera línea y como siempre nace el niño;
adorable, lloroso, confuso, arrosado.
El calor de su madre le hace débil, sereno.
Bautizo clásico con nombre innombrable se produjo
y a partir de este momento el niño conoció la crueldad
de conocer nuevas personas que destruían su persona.
Tras unas semanas meditando el niño concluye
en que la mejor escapatoria es la ventana de su cuarto.
Fin del cuento, del sufrimiento, de la serenidad.
*Javier Santalices*
Texto agregado el 16-08-2009, y leído por 88
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Lectores Opinan
16-08-2009
Interesante , escape de mi inocencia (no culpable de sufrir ) me gusto =D mis cariños dulce-quimera
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