Llevaba mas de cuatro horas tras el computador que se encontraba en una fría habitación de su casa, luego de haber bebido el ultimo sorbo de ese amargo café compuesto por una cucharadita y media de aquella bebida, por cero de azúcar, combinación perfecta que la incentivaba para dirigirse a reponer aquel tazón que por tantas horas acompañó a esa mente que trató de expresar su vida y sus sensaciones después de una pérdida.
Esta es su historia.
Tras mil y una reflexión, decidí dar vuelta la hoja y empezar a pensar en mi…comencé de inmediato, pero como era tarde, lo mas probable es que el gasto disponible para el consumo compulsivo que se veía venir, fuese no lo suficiente como para aliviar la rabia que sentía en aquel momento, era tarde …ya daba igual, así que con todo el alivio del mundo me aproximé a mi auto y me dirigí a una de esas farmacias que tienen de todo, me bajé apurada, saqué de inmediato un par de esmaltes de uñas, dos cremas reductoras, exfoliantes para el rostro y cuerpo, cremas para el uso diario, un gel para la ducha exquisito y algunas cosas mas que a ratos me hacían feliz, pero no era suficiente, de igual forma opté por pagar e irme a casa.
Mientras conducía mi cabeza lo único que hacía era pensar y pensar en aquella situación que había descontrolado mi día, no lo pensé mas, lo llamé por teléfono y no contestó, llamé una sola vez, mi dignidad era lo primordial, era lo primordial?, al parecer esa noche no, me aproximé a su departamento y subí por las escaleras, por que el edificio era antiguo y no tenia ascensor, las sentí mas pesadas que nunca, mis piernas temblaban, hasta que divisé su puerta desde el peldaño en que me encontraba, respiré profundamente y toqué el timbre, me abrió de inmediato, parecía como que me hubiese estado esperando, un beso fraternal me incomodó demasiado, tomamos vino, conversamos y nos besamos, el mismo rito de siempre, la diferencia es que esta noche recordaría cada segundo, aprovechando al máximo los momentos que me da la vida, ya que en un instante sentí que debía concentrarme y entregarlo todo…sabiendo que éste era nuestro ultimo momento.
Me despedí bastante mas cariñosa que de costumbre, estaba contenta, había olvidado toda la rabia que alguna vez sentí. Era muy tarde y estaba cansada, necesitaba a gritos llegar a mi casa y abrazar mi almohada para agradecer por aquel momento que me había vuelto la tranquilidad. Conducía rápido, mis ojos se cerraron y desperté violentamente en un par de segundos por un ruido agudísimo que me hizo estremecer, no entendí, miraba y miraba, era un sueño en donde no podía despertar, mi cuerpo tampoco lo sentía, mis sentidos sincronizaron y me di cuenta me faltaban ambas piernas, pensé con relajo que ya no podía hacer nada, en el fondo ya lo sabía, esta era la prueba, la evidencia empírica que siempre se buscó a la hora de pensar en tu destino, ¿podía ser la vida tan perfecta y simple? , la respuesta es no…y como si nada comencé a hacer mi otra vida.
Escribía horas y horas, las palabras querían gritar lo que estaba sintiendo, era mi hábito, mi rutina, pero la pena era tal que no me consolaba ni un solo minuto desde que desperté por ese ruido extraño, pero pese a esto, dejaba la historia de mi vida guardada en algún espacio de este aparato que me acompañó durante las cuatro ultimas horas de mi vida, dirigí mi silla hacia la cocina por otro café, sin pensarlo saqué un cuchillo para cortar aquella vena me que podía dar la vida, sin pensarlo lo hice y desperté hace muy poco en un lugar muy oscuro y frío, no se donde estoy.
|