La vida se encargo a su manera que mi vida conservara el ritmo acostumbrado, no acostumbro al engaño, la mentira y la manipulación, me abrió nuevos senderos, me los mostro y permitió que los disfrutara por breves, muy breves instantes, no negaré nunca que disfruté esos momentos, y mucho menos diré que los olvidaré; los conservare muy profundamente en mi corazón, fueron buenos. Más hoy me parece irónico haber conocido esta alegría que se desvanece ante mis ojos, fue tan fugaz, no tenía fundamentos, no se puede vender el alma por un poco de amor. En el fondo no se si deba darle gracias a la vida o estar molesta con ella, más sin embargo debo continuar, pues no debo de permitirme el lujo de fallar, fallarme a mi y a los míos y darle tiempo a la misma vida a demostrar quien tenia la razón. Todo termina tan rápido como comenzó y aquí , ahora veo la realidad, para alguien solo fue un juego y nada más.