Es muy habitual en ella ser tímida, introvertida, plácida y serena,
con cuerpo de niña-mujer de mujer-niña,
con ojos tristes pocas veces con ilusión en la mirada,
sentada en medio de la gente para despistar,
sentada en medio de la nada para variar,
para pasar inadvertida a las miradas indiscretas,
de mirada agazapada escondida y discreta,
es ella la niña pobre, la pobre niña.
El andrajo es su traje de gala
y un mendrugo de pan es su menú a la carta,
su servilleta es el cuello de la camisa
y luego su postre es el ruido de su tripa.
luego de la cena le espera....
la limusina de sus pies en dirección...
a su chalét bajo cualquier puente
y entre almohadones de plumón...
acartonado,
siempre sueña tras mirar a las estrellas
en descender al mundo de los mortales
y levantar por fin la mirada,
y mirar sin miedo a la nada,
sostener por fin la mirada fuerte.
Es muy habitual en ella, mirar de frente
con ojos iluminados.
ya no se esconde en medio de la gente,
ahora es cándida pero fuerte,
dócil pero valiente,
y ahora bajo cualquier puente
la niña mujer- la mujer niña
hace gala de sus recuerdos
y con paso ágil abandona
la penumbra de su cruel pesadilla.
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