Por las empedradas calles
caminaba un hombre vencido.
Vencido por los avatares de la vida,
vencido por su mala suerte.
Volver, regresar, gritaba su alma,
ser joven,ser niño deseaba.
Una tenue llovizna caía en la noche,
pájaros aleteando regresaban a sus nidos.
Mientras el hombre, sintiéndose niño,
desesperado va en busca de su madre.
La llovizna persiste, charcos de agua ha formado,
pero él, a su madre, ni a su casa, ha encontrado.
Andando va, indaga, avanza,
vaga por los prados, se pierde, regresa,
y al fin del sendero,su madre lo espera.
El hombre vencido, corre alegre a sus brazos,
en tanto yo con tristeza contemplo el cielo,
enviándote mi último beso. |