Buenas noticias.
Por Andre, laplume.

Difundir “Buenas noticias”, atiende a una necesidad ineludible que tiene la sociedad , los medios y cada uno de nosotros. No significa en absoluto ignorar las realidades del presente, al contrario, es querer asomarse un poquito al otro lado de la tapia. Hay mucha gente que trabaja silenciosamente para que la vida sea un poco mejor, desde los sitios mas altos de la pirámide social, hasta el simple acontecimiento aparentemente banal de un vecino, que cumple con las obligaciones que debieran verse normales, como no tirar residuos en la calle, juntar la caca del perro cuando se lo saca de paseo y que esto no llame la atención, a veces sucede que nos quedamos mirando con admiración a quien cumple con estas obligaciones que debieran tomarse como normales y que sin embargo siguen siendo observadas con asombro, cuando lo normal seria lo contrario.
La sociedad en su conjunto debiera tomar la responsabilidad para lograr que la vida y el mundo que habitamos se convierta cada día en un lugar un poquito mejor.

No es verdad que solo lo catastrófico o el amarillismo traigan mayor afluencia en los medios, si bien es cierto que la sangre en “portada” tiene sus adeptos.
Hace poco, compartiendo un café con una Sra..amiga de Lujan, que escribe en un diario de la ciudad, me contó que un día decidió publicar una “buena noticia”en la portada del diario y que recibió infinidad de llamadas de los lectores agradeciéndole por hacerlo.

Recibir una buena noticia, es sin duda un aliciente que nos ayuda a aliviar las cargas de cada día, es como se dice actualmente, algo que ayuda a “recargar las pilas”.
Rumania es un pequeño país de Europa, hace poco tiempo logro incorporarse a la Comunidad Europea, se trata de un país signado por la pobreza y la corrupción. Fue uno de los tantos estados que integraban la ex Unión Soviética. Mucha gente conoce este país por sus atletas y por el nombre de la Dra. Aslam, que construyó una clínica de rejuvenecimiento que logró renombre mundial, donde concurría gente de todo el mundo para lograr la “juventud” con sus famosos tratamientos.
No hace mucho en que un representante del partido liberal que gobierna actualmente el país, con el apoyo de un miembro del partido de la “Gran Rumania”, acordaron en cuanto al efecto negativo que ejercen las malas noticias en la salud y en el ánimo de la gente, por lo que promovieron un proyecto que comprendía a la radio y televisión estatal para que difundieran “Buenas Noticias”. Lograron con este proyecto incluso el apoyo de los legisladores de la izquierda y fue aprobado por unanimidad.

Es una tarea difícil, pero vale la pena; mejorar el ánimo predispone al individuo y a la sociedad en su conjunto, tanto a la reconstrucción moral como a la material. Se puede lograr, integrando actividades encaminadas a un mayor acercamiento con lo espiritual, explorando terrenos que posibiliten la prosecución de logros encaminados a una mejor calidad de vida, un mayor acercamiento a la naturaleza, un rinconcito propio donde no ser copado por los devaneos de una cultura, en la mejor de las acepciones cuestionable. Debiéramos dar a los jóvenes señales perceptibles en cuanto a esto se refiere.
Padres, abuelos y personas mayores en general debiéramos poner énfasis en el cuidado con que manejamos conceptos y lenguaje cuando nos dirigimos a quienes nos van a continuar.
Difundir “buenas noticias”, seria una forma de no cargar a los jóvenes con cuestiones que por su edad no pueden resolver, mucho menos volcar sobre ellos frustraciones vividas so pretexto de que es bueno, para que no repitan las mismas experiencias. Ellos, nacieron en este tiempo, manejan tecnología y están mejor preparados que muchos de nosotros. Saben lo que quieren y se independizan mas temprano de lo que fue en otros tiempos,
Por supuesto que no hablo aquí de marginados, drogadictos o indeseables, deuda vergonzante para nuestra sociedad: hablo de cada uno de nosotros, que solemos ver como cosa normal gente durmiendo en la calle o comiendo de los cestos de basura. Esto es inconcebible que sea aceptado en nuestra sociedad, Todos debiéramos pensar en meter mano para ayudar a resolver estas calamidades. Reflotar nuestra condición solidaria, no esperar que sean otros que lo hagan, aunque les corresponda. Hay que pensar, debemos agudizar la imaginación, incluso ponernos a disposición de las autoridades para ver en que podemos colaborar.
Las limosnas son solo soluciones transitorias.

Propongo que volquemos a la sociedad cada buena noticia que podamos, si fuera posible que una de las primeras sea la de que estamos tomando cartas en tratar de ver como resolvemos estos problemas que termino de exponer.
Empezar a pensar en estas cosas es ya de por si una “Muy Buena Noticia”.
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Andre laplume.