¿Miento quizás? Quizás me estoy mintiendo, mintiéndome a mi mismo en la mentira. A veces me miento para olvidarme de mi mismo, para romper con todos mis anhelos, para quebrar las líneas de mi cuerpo.
Ella me dijo: « Me gusta que me miren como tú me miras». Y yo no la estaba mirando.
Ella me tomo, pero yo no me sentí tomado por ella. Me deje llevar por mis mentiras. Me rompí con mis anhelos, me cegué con mis historias.
Nos fuimos alejando y acercando, en un toma y daca místico, anhelante, inasible, imperturbable....
Ella me miro y no me estaba viendo. Veía tan solo una mascarada de carnaval, un rostro disfrazado.
Yo no sabía nada de ella. Ella sabía muy poco de mí. Pero en mi interior permanecía una lucecita, una pieza rota, una alarma que activaba ella. Pero, ¿ Me estaba yo mintiendo a mi mismo? ¿ Soñaba? Solo los dioses ( y ella) lo sabrían. Se quebraba mi garganta nombrándola a ella, estallaban mis oídos oyendo su nombre, reventaba mi cabeza pensando en ella....
Y ella continuaba al otro lado de la línea quebradiza del olvido, de la cordillera insalvable de la distancia...
¿ Me miento quizás? No es que diga que la amo, pero algo me empuja hacía ella, me arrastra hacía el fondo de su abismo.
« Sic transit gloriae mundi» Tan breve transcurrió nuestro encuentro que, poco a poco, se va difuminando en mi mente su presencia. Tan rápido fue, el visto y no visto, que voy perdiendo la noción de su figura.
Y todo gira alrededor de ella. Mi sueño y mi vigilia. Mi cielo y mi infierno. Mi cuerpo y mi alma...Soy un carrusel en torno a su perfume, atrapado por las redes de su pelo, hipnotizado por su calida sonrisa.
¿ Es esto amor? Quizás lo sea. Quizás de nuevo este metido en un pozo sin retorno, Quizás este otra vez al borde del abismo, quizás me toque sufrir de nuevo. Por ahora, me conformo pensando en ella.
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