De un golpe se abre la ventana
De mi habitación,
Es la luz de la luna
Deslizándose sobre una guía de nieve

Apiñada en estas cuatro paredes
Revoloteando en cada rincón
Instigada por siete vientos
Sucumbe en las baldosas de mi suelo.

En esa manía trae el reflejo de las olas,
Rechazo el rebote surtido
Y abrazo mi almohada
Con desgano e indiferencia.

Y en paralela alineación,
Cercana a los trazos secantes del viento,
El mar se muere por su apego y encanto.
Y yo viro al techo en busca del tacto.