Recalcamiento sano en un tema peligroso para algunos, insignificante para otros, de varias opiniones para el resto y con deseo de desaparición para mí. ¿Qué es ser gay? ¿Por qué se es gay? Bien, no comparto este deseo por lo que no puedo hablar en primera persona, pero como todo ser humano tengo mi opinión al respecto, y desde este punto de vista escribiré.
Se habla de adolescencia, de una infancia “difícil” e incluso, sin ningún tipo de tapujo, de una infancia difícil, como causas de la homosexualidad. ¿Es eso cierto? ¿Nacemos o nos hacemos homosexuales? Creo que es complicado responder a esto. Sin embargo puedo dar una “opinión científica” de la cual, obviamente, no soy partícipe, que habla de una diferencia física cerebral existente entre hombres y mujeres. No recuerdo bien ni qué parte del cerebro, ni para quién era más grande o más pequeña, sin embargo existe una diferencia de tamaño en cierto “apartado” cerebral que afecta a los intereses sexuales de las personas. Imaginemos que son ellas quienes lo tienen más grande. Cuando un hombre nace y durante su crecimiento, esta zona del cerebro crece más de lo normal, su interés por los hombres se verá en aumento. Lo mismo sucede con las mujeres. Sin embargo, vuelvo a preguntar, ¿con esto se nace, o se hace? Pues no lo sé. Probablemente en el momento en que nazcamos ya habrán unas pautas marcadas que nos harán de una u otra forma en nuestra vida, o probablemente no.
Bien, este es un punto de vista científico sobre la homosexualidad. ¿Se puede considerar enfermedad? Hombre, si esto fuera cierto pues lo podría ser según el juicio de cada uno, y desde mi humilde opinión, la respuesta es no. Principalmente porque no existe la más mínima posibilidad de “curar” sin afectar psicológica y negativamente al individuo, y además, no afecta a ninguna otra función u órgano salvo al cerebro ignorante del que se sienta molesto por esto.
De médico me paso a ser profesor de lengua española y filósofo a la vez. Hablemos de la palabra. “Homosexual”. ¿Quién se la inventó? ¿Por qué? Creo que no debería existir. Cuidado, no opino que los homosexuales no deberían existir, sino que la palabra en sí debería estar completamente fuera de nuestras vidas. El ser humano es raro. Pero a la vez “lógico”. Nos pasamos la vida peleándonos con todo. Tirándolo. Sustituyéndolo. Fabricándolo. Sin embargo, necesitamos tener un orden, y si ese orden deja de existir nos volvemos cada vez más y más locos. Esto lo podemos observar, por ejemplo, en el supermercado. La leche está en una estantería bien juntita. Probablemente muy cerca de la bollería, galletas y chocolate. Junto con el Colacao y el café. Es raro encontrar la leche en el mismo estante que el detergente, ¿no? Todo es orden. Muchas veces inconsciente. Lo cuadros en casa tienen que estar derechos, los bolígrafos y lápices en el lapicero, y el lapicero en el escritorio y no en el pilón. Cuando hablamos de personas las cosas no cambian. Necesitamos que haya negros, blancos, amarillos, etc. Necesitamos que haya buenas y malas personas. Celosas, alegres, activas, deficientes,... Y como no, homosexuales. Hace falta que una persona tenga un “nombre sexual”. Hola, soy Javi y soy “hetero”. ¿Y por qué razón? Pues no. Yo soy Javi, y si algún día tienes algún interés hacia mí, que sepas que me gustan las mujeres más que los hombres. ¿No es lo mismo? Como dirían en mi tierra: “É a mesma merda pero con distinto cheiro”. Y es así. Por una vez, ya que hay personas que se quejan porque les discriminan por su condición de homosexual, hagámosles un favor y dejemos de obligarles a serlo. Yo no soy heterosexual, ni “bi”, ni gay, soy Javi, un chico a veces amable y otras desagradable, al que le gusta pasear y acariciar perros y el que ama la música como a su vida. Ese soy yo. Y tu, “fulanit@”, no eres el/la homosexual, eres la persona que tiene determinadas características, y entre tus muchos gustos como ir al cine o jugar a la videoconsola, está el de mantener relaciones con personas de tu mismo sexo. ¿A que así es todo mucho mejor?
Se nace, se hace... Si soy yo quien tiene que hablar pues casi soy de los que piensan que todos nacemos bisexuales y que luego nos inclinamos hacia un lado de la balanza, o nos limitamos a quedar en el centro. Esto no es compartido por todos y lo entiendo. Soy un ignorante más. Ojalá algún día lleguemos a un acuerdo que nos favorezca a todos.
No pretendo cambiar el mundo. No es posible. Lo que si deseo es que tú, el que me está leyendo, piense en este tema, piense en el racismo, y digan: “Coño! Este chico habla por mí”. Y una vez dicho esto, sal a la calle y no permitas que tus amigos o que tu familia rompa tu forma de pensar, la cual no discrimina, no daña. Nadie va a dejar de ser lo que es. El orgulloso por su sexualidad que la disfrute. Lucirla puede ser placentero pero no es una necesidad para todos. Piensa en ti pero no olvides a los demás.
*Javier Santalices* |