Hoy a las siete de la mañana, como de costumbre, fui a la playa.Preparé el mate y mientras tomaba esta infusión me dediqué a meditar para encontrar una historia y comenzar a escribirla.
Sentí que a esa hora en la playa faltaba algo. No sabía por qué esa sensación y de repente me di cuenta: faltaba el Turco, que siempre a esa hora aproximada solía caminar por la playa con su termo y mate. E hiciera frio o calor se pegaba un buen baño.
¡Todo un personaje el Turco!Con una historia detrás de sí.
Él, con su carrito de mano, que estaba tan bien hecho que parecía un trailer, recogía todo lo que se pudiera vender (papel, cartón, vidrio, metal o hueso). El Turco, que era pibe “de buena familia” como siempre decimos. Él tenía una “barrita” de amigos. No todos eran buenos pibes, pero eran sus amigos y con ellos salía, se divertía y pasaba buenos momentos.
Resulta que en la zona del Cerro donde vivía el Turco se venían dando unos robos a casas que estaban solas, o a comercios que quedaban solos durante las noches. Una noche, cuando el Turco volvía de la casa de su novia, uno de sus supuestos amigos se le acercó y le dijo: - Turco, guardame este bolso, que tengo un “levante” y no quiero andar tan cargado. mañana lo vengo a buscar.
Con el bolso, que era grande y pesado, empezó a caminar hacia su casa. Dos cuadras antes de llegar a la misma lo detiene una patrulla, le piden documentos y le dicen que abra el bolso. Inocentemente les dice que no hay problema y le entrega los documentos y el bolso.
En el bolso los policías encuentran un radiograbador, un video,una radio, tres anillos, cuatro relojes y algunas pulseras. Por supuesto, se llevan al Turco detenido hasta la seccional mas próxima. A todo esto, él no podía creer lo que le estaba pasando y por vigésima vez, delante del comisario cuenta todo, dando hasta el nombre del supuesto amigo.
Cuando sus verdaderos amigos y sus familiares se enteran, vienen a declarar a su favor, pero esto no alcanza y pasa la noche en la seccional. Al otro dia aparece un abogado que le dice al Turco que lo viene a defender pues sería acusado de robo, ya que aparecieron dos testigos que lo reconocen de haberlo visto rondando por los lugares de los robos. Como no se pudo localizar el pibe que le dio el bolso, el Turco no pudo probar su inocencia y fue condenado a tres años de prisión.
Luego de cumplir la pena, con veintiún años sale del presidio. Por supuesto no había podido continuar sus estudios y había perdido su novia. Pero él era una buena persona y tenía que empezar de nuevo.
Junto a sus viejos planea su futuro Sus padres, que ahora han quedado solos porque sus hijos mayores están radicados en el extranjero,estaban en una posición económica muy buena. Le dicen al Turco que mientras él estudie, ellos pagarán todos sus gastos.
El primer año en la universidad fue bueno para él en la parte anímica y social.Se hizo de muchos y buenos amigos, pero él siempre recordaba sus dias en la prisión y sabía que faltaban seis meses para que se cerrara su causa.
Fue un dia, caminando por el barrio que lo vió...era aquel que le había hecho perder tres años de su vida y muchas cosas mas. No hubiera pasado nada pero tuvo el descaro de venir a saludarlo. El Turco le dió una piña y se fue, dejándolo en el suelo. Al dia siguiente, cuando volvía de estudiar, estaba esperándolo un patrullero en la puerta de su casa.Los agentes le dicen que los tiene que acompañar y el Turco va tranquilo pensando que era un procedimiento de rutina.
Cuando llega a la jefatura un abogado le pregunta: -¿Por qué lo hiciste? Él no entendía nada y pidió las explicaciones correspondientes. El abogado le dijo que una pareja lo vio golpear a ese muchacho sin decirle nada. Cuando el muchacho cayó, dió la cabeza contra el pavimento y se desnucó.
Alli el Turco se desmoronó. Al tener la causa abierta por robo ya sabía lo que le sucedería. Le dieron veinte años de prisión por homicidio culposo en segundo grado.
Estando en la cárcel primero muere su madre y después su padre. Como a él nada le importa lo material firma los documentos para que vendan todo y se repartan el dinero.
En la cárcel aprende a ser un oficial metalúrgico completo y se caracterizó por ser rebelde y ser siempre solo.
A los cuarenta y un años de edad y sin nadie que lo espere,sale de prisión. Un guardia lo recomienda para que trabaje en un taller metalúrgico y alli trabaja como oficial durante seis meses.
Él no puede estar tan encerrado. Va del trabajo a la pensión y viceversa, y los fines de semana, que descansa, busca la costa como distracción.
Pide la renuncia a los seis meses y con lo que cobra y algunos pesos que había ahorrado decide hacerse un carrito de lujo para juntar por la calle todo lo que sea vendible. Asi hará lo que le gusta y tendrá libertad. Un dia, en un predio sin dueño,sobre la costa aparece una camioneta y de ella bajan el casco completo de una vieja barca, unas cuantas chapas, varios tirantes y un montón de muebles y utensillos. El Turco,sonriendo, empieza a construir lo que sería su morada junto a la costa.
En el casco hace el dormitorio con una amplia cama, dos mesas de luz y un placard para la ropa.
Se entra y sale del mismo por dos escaleras. con las chapas y los tirantes hace su cocina- comedor amoblada con mesa, bancos y un armario para los comestibles. Complementa su cocina con una garrafa, una cocinilla y un tanque para depósito de agua. Para alumbrarse tiene dos faroles a mantilla. Con su termo y mate todas las mañanas pasea por la playa y haga frio o calor se da un baño.
Eso fue lo que me extrañó, que hoy faltó a su cita. Preguntó a un pescador por él y éste me dijo: -Ya no viene tan seguido y cuando aparece viene acompañado de una muchacha que ahora es su compañera.
Este pescador me contó que hacía como ocho meses, el Turco había salvado a una muchacha de ahogarse. La había llevado al dispensario para que la atendieran y alli la dejó. Esta mujer joven parece que había querido suicidarse. Estuvo un dia internada y antes de irse averiguó todo lo relacionado con el hombre que la había salvado.
Un dia llegó hasta el habitat del turco, esperó que viniera y estuvieron juntos y conversando todo el dia. Cuando llegó la noche ella decidió quedarse.
-Usted no sabe, me dijo el hombre, cómo trabajan. Él en su carrito y ella vendiendo en todas las ferias. Y en la casita que están haciendo los dos trabajan duro y parejo.
-Mire, me dijo,ahi vienen.
Y los vi. De la mano,caminando por la orilla del mar. Reían y eran felices. Y vaya si tenían motivos: a ella ya se le notaba bastante la “pancita” de embarazada.
¡Qué historia la del turco!
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