Son mis manos… Ellas tienen la culpa De rendirse ante tus pechos, Color rosa… No, son mis ojos, Ellos no pudieron mentirte, Y fueron segados por los tuyos, Dejando a las manos sentirte… Ellos no tienen la culpa… Es mi cuerpo, Que nunca se niega, Y pide amor… Es mi culpa. Dejar que tus carnes Manoseen mi alma, Y tu mirada me deteriore…
Texto agregado el 06-08-2009, y leído por 389 visitantes. (16 votos)