El primer día que tus labios y los míos estuvieron juntos, sentí algo extraño, sin mariposas, esas mariposas que siempre busque, mi primer pensamiento fue que me había equivocado que no debí besarte porque la ausencia de mariposas para mi significaba también ausencia de química, de conexión como quieras llamarle, sin embargo aun sin eso, no podía dejar de besarte, mis labios irremediablemente se sentían atraídos a los tuyos, entonces me di cuenta, no existían las mariposas pero había algo mayor, no había incertidumbre, ni nerviosismo, besarte fue natural, como algo que has hecho siempre, como respirar, así de natural, así de necesario, así de indispensable...