El hombre entrega la dosis
de heroína porque ella lo hizo bien otra vez,
dentro del cuerpo lastimado
y enloquecido
hay una niña que pide a Dios
que la deje morir.
Quién corta la flor
que Dios ha sembrado.
La niña atrapada escribe
una línea en el diario que sabe
que nadie guardará jamás
una vez muerta.
La niña acepta, está adormecida,
las caricias de su dueño
y aspira la línea que él le ofrece.
Quién me llama,
detrás de esos ojos, quién,
si la niña ya no existe
sino en ese diario
que nadie guardará.
Autor: J. A. G.
Texto agregado el 05-08-2009, y leído por 123
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Lectores Opinan
12-08-2009
realmente conmovedor algo que no se ve por aquí segudo. sigue así amiguito JuanDay