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Inicio / Cuenteros Locales / marxtuein / LA BOLSA DE FORTUNATUS

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Amor y fortuna raramente van de la mano. Parece que ambos dones se repelen, se contraponen. Vamos, no pueden convivir. Y es que si no fuera así estaríamos frente a un abuso y exceso. Una situación intolerable, como no se cansan de repetir y recordarnos los embajadores del Señor en este valle de lágrimas. Aunque a decir verdad, en los tiempos que corren estas llanuras de tierra generalmente se encuentran anhelantes siquiera de la humedad de las salinas excreciones oculares, o bien, el extremo contrario, saturadas, cuando no arrasadas, por abundantes líquidos ácidos y malolientes, provenientes también de las alturas, que obliga a maldecir la hora en que los ángeles, arcángeles, santos y santas, beatos y cómo no, beatas y vírgenes, y al contrario, han decidido ponerse en línea a fuerza de beber líquidos y atiborrase de diuréticos.
Pero bueno, la narración se ha desviado, no hace honor al título, como debería haberlo hecho a estas alturas.
Pero aún es tiempo de salvar el texto, de captar el interés del lector que comienza a intuir que el narrador pretende marearlo con disquisiciones teológicas, cuando en cambio anunció un tema más sabroso y apegado a los dos grandes motivos existenciales de hoy: amor y dinero, o con apego a la realidad, inviértase el orden.
Podría componerse esta embarazosa situación descubriendo el título que antecede, proveniente de una narración popular medieval que sirve de base a una serie de episodios en que Fortunatus y sus hijos llegan a enfrentarse merced a los deseos contrapuestos que cada uno pretende realizar con la bolsa.
¿Pero qué propiedades posee dicho saco ? Porque el lector habrá de imaginar un saquillo, no el bolso del pantalón masculino, ajustado y tacaño. Más bien algo parecido a la cartera de uso femenino, más grande y ostentosa mientras más alta la posición social, y poco parecida a esas carteras pequeñas y sucias, hechas para pasar inadvertidas colgadas al hombro de la empleadita temerosa de que le birlen en el transporte colectivo el sueldo tan duramente ganado en la quincena, mirando y tratando de entender a su similar obrera, con menos sueldo, porque en ella es salario, pero también con pocos prejuicios sociales, actitud loable porque le permite transformar el cálido nido del sostén en fría e inexpugnable caja de seguridad, o como se dice más gráficamente en algunos lugares, caja fuerte. Es bueno recordar o informar que estos artefactos están construidos de acero, material conocido por su fortaleza, justamente desde la época en que proviene la leyenda de marras, la medieval, cuando las espadas, máximo signo de fortaleza y potencia, vamos, la Land Rover de nuestros tiempos, se representaba en la noble espada. También símbolo fálico que hoy es monopolio de un laboratorio transnacional.
Pues bien, después de esta perorata en que el acorralado narrador teme no haber aportado nada nuevo al texto, mejor salgamos en su ayuda precisando que la leyenda anunciada y no llevada a buen puerto hasta ahora, exaltaba en la dichosa bolsa, que no talegillo, la facultad de dar a luz monedas de oro, tantas y tantas como tantas veces se metiera la mano a su interior.
Pero ha llegado el momento de ceder la palabra al narrador, dejar de jugar al mago, - mago Saramago - porque la historia se graba en la mente en imágenes claras y precisas. Porque la narración nace de unas cuantas escenas en tecnicolor, un filme que no necesita de más media docena de imágenes para fijarse en la memoria y llevarlas hasta la tumba, donde se comparten con los dolientes o se pretende, sean estos muchos, pocos o nadie, porque finalmente no se trata de aburrir a los amables espectadores con las tristezas de la propia muerte.
Lluvia pertinaz, es decir impertinente. El colectivo, transporte similar en eficacia y distinto en eficiencia al automóvil. Patricia, podría ser Carmen, pero nos quedamos con el primer nombre porque va mejor con la narración y porque la segunda es adicta a la eficiencia. Entonces, Patricia, como su nombre bien indica y propone, descendiente de senadores romanos, establece con precisión el destino de los haberes, y se entusiasma al descubrir un remanente.
En un rapto de lucidez o simplemente debilidad ante el anuncio espectacular de Calvin Klein que muestra a dos jóvenes, uno encaramado sobre una chica, y el otro en el suelo, y la leyenda. “14,16 o .16,14 la medida si es importante”, desciende del colectivo en Puerta del Sol, e impulsada con el resorte del anuncio apuesta en Doña Manolita y a cargo del aguinaldo, el 1416 .
Si, es comprensible que el marido furioso como león, y porque así se llama, o más precisamente le llaman, recrimine a la mujer que en lugar de celebrar la navidad con calamares y vino tendrán que hacerlo con pavo y cañas, porque, ahh -expresión- mujer imprudente se jugó el seguro comelitón presente por un incierto deleite futuro.
Pero no señores (as) que el león, como suele suceder según las sesudas investigaciones del National Geografic, estaba equivocado. La senadora, expandido el pecho, le pega al gordo, y de refilón al flaco león.
La fortuna llegó, no como se hubiera pensado, plena y total, pero si como jugoso premio, que sin embargo fue objeto de disputa tan cruenta como las batallas contra el destino. Porque león de pronto abrazó el dogma neoliberal “dinero genera dinero” y qué mejor que invertir el premio en bonos del gobierno, bueno sólo una parte, la otra para instalar un bar animado por muchachas de buen ver y mejor tocar, y es que el buen hombre veía a su alcance, en sus manos, la sabrosa venganza del ruso que se enriquecía con tal explotación del sueldo de los burócratas que como él y sus compañeros docentes dejaban en copas y húmedos escarceos, solamente húmedos, porque el cuerpo no da para más en tan breve tiempo como es el que dura una canción, con la húngara, brasileira, checa y la chueca ( no pregunten porqué le decían así) y un breve etcècetera, vamos el directorio de países atrasados pero orgullosamente miembros de Naciones Unidas.
Pero no, Patricia tenía otra idea. Qué tal si mejoramos la casa ? el terreno de atrás está en venta . Lo compramos y hacemos un jardín ? Te acordás de “más allá del jardín, la novela del puto de Gala que tanto nos gustó ? Cómo me verías con una casona y un jardín como parque que certifique y motive mi existencia ?
Pero primero una visita, tu y yo a los parientes en Alemania ? Te imaginás ?
Y yo que coño hago en tierra de Hitler ?
Pero no, tampoco te pongás así !
Mira, a lo sumo te concedo un crucero de Copenhage a Málaga, nos hartamos de comida , uno que otro souvenir y de vuelta, bonos del gobierno y el bar.
El texto se le ha ido de las manos al narrador ? Estamos en presencia de una disputa familiar en que a ojos vista, -What ever it means- el amor de pareja cede a tangibles anhelos económicos diferentes y diferenciados ?. Y es que a ella le resulta intolerable que su amado león haya escondido por tantos años, los que comparten vida y cama, ese anhelo de realizarse en la vida como mafioso ruso.
Y él no concibe que su Patricia de geranios y petunias en el patio, zurcir calcetas y escanciar aceite de oliva a la lechuga, pretenda ser terrateniente y trotamundos.
La cajetilla de cigarrillos está semivacía. La botella de brandy traspasó la marca de lo tolerable y el narrador se encuentra frente a la puerta de la trampa, mientras la alarma del reloj anuncia la hora de dormir. Es preciso poner fin a la historia, pero el auxiliar del escribano está exprimiendo jugo al cassete de Bose.
El pensamiento divagando en el rostro de la chica de la cafetería de la librería de la Condesa, que con la audacia que sólo da la juventud y la indolencia de una vida pagada se le fijó a los ojos sin pestañear. Pero eso es otra historia. Marginal y prescindible. El auxiliar es solamente eso, un relevo y aquí se trata de exaltar al narrador, el propietario de los derechos de autor, el tal marxtuein. Aunque esté se encuentre sufriendo las consecuencias de descuidar la montura de la Harley por culpa del culo culimpinado de la malagueña salerosa que se le atravesó en la travesía de Torremolinos.
Pero mientras el señor convaleciente no escriba más, este auxiliar, subrepticiamente, pretenderá continuar la historia. Y en eso se ocupa mientras aprieta brazo contra sobaco su sueldo de la quincena en este colectivo ficticio que desde el norte del neón de miami ya traspasó el ecuador y se dirige con el rugido suave de la Harley hasta la Patagonia.


Texto agregado el 05-08-2009, y leído por 701 visitantes. (41 votos)


Lectores Opinan
12-06-2010 Me gustó la histolia pero me asustan las palabras hoscas de los críticos chinito lindo ¿No podríamos hablar mejol? Muy bien escrita con matices divertidos y serios. kimono-violetta-
09-02-2010 Tu si que eres un cerdo asqueroso y un puto de mierda. Reconozco que Franco las hizo de cagar, pero los republicanos y los comunistas las hicieron mas gordas todavia:asesinatos a mansalva, quema de conventos, destrozo de obras de arte y un sin fin de barrabasadas. Si quieres limpiar la memoria historica, limpia la de los dos lados...Aunque mejor seria no menear la mierda, que en ambas partes no es mas que mierda... Y te la metes por donde te quepa.... emiliosalamanca
04-02-2010 Hay lucidez, hay consistencia. El autor hace giros sin que el lector pierda interes, al contrario. Hay cierta nota humorística muy propia de tu estilo; y la Harley, por su puesto, no podía faltar...Sí, valió la pena, y much más, pasar por aquí...Saludos grauer_wolf
30-01-2010 Pues a mi me convence..... Estrella_negra
17-01-2010 Hijo de puta vengo a devolverte el mensajito...No soy el unico que siente el asco de ver un pobre infeliz que lo unico que hace es comerse su propia mierda nomade
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